Vista la terquedad de muchos potosinos de no respetar el aislamiento voluntario o cuarentena, medidas con las que se espera restar velocidad a la propagación del coronavirus parece ser que en el corto plazo será necesario que las autoridades impongan medidas extremas para obligarlos a que por temor se sumen al esfuerzo de proteger la salud de todos que ellos ponen en riesgo por su irresponsabilidad.
Por todos los medios y en todos los tonos, tanto el gobernador Juan Manuel Carreras López, así como la secretaria de salud Mónica Liliana Rangel han hecho reiterados llamados a apoyar la campaña “ yo me quedo en casa” por considerarse como una de las más firmes alternativas para disminuir el ritmo de contagios del covid 19 pues en ello va de por medio la conservación de la vida de los que habitamos la capital potosina.
Sin embargo, aún y cuando a esa convocatoria se han sumado voces respetables como la del arzobispo Jesús Carlos Cabrero, diariamente a miles de personas les entran por una orejota y les sale por la otra como se puede ver en la asistencia masiva ( sobre todo los fines de semana) de familias completas a las grandes plazas comerciales al igual que los numerosos grupos de jóvenes que cada día deambulan por las calles del centro histórico.
Otros gobiernos de diferentes estados del país, ya han empezado a establecer reglas y sanciones severas contra los que no atiendan los llamados a no salir de casa como lo hizo el de Baja California que anunció multas hasta por 86 mil pesos y penas de cárcel que pueden llegar a los tres años a quienes no respetan las medidas sanitarias dispuestas, o como en el municipio de Guadalupe, Zacatecas donde se fijó un sanción por tres mil pesos al que sea sorprendido en la calle sin justificación real, o como en Yucatán donde en caso de sorprenderse en la calle a alguien con síntomas del covid 19, sin mayor trámite irá directamente a la cárcel o como en la ciudad de Córdoba, Veracruz donde le espera una multas hasta por 980 mil pesos al que ande en la calle en etapa de aislamiento con lo que, sin duda han dejado de ver esta etapa como temporada vacacional.
Como es de esperarse, seguramente la CEDH busca que se apliquen medidas de ese tipo para saltar de inmediato a los espacios mediáticos para medio justificar los jugosos salarios que reciben sus directivos lo que, en este caso, deberían ser ignorados pues está de por medio, decíamos, la salud y la vida de la mayoría.