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Conoce los otros síntomas que especialistas descubrieron sobre COVID-19

El financiero | 01/04/2020 | 00:40

El nuevo coronavirus puede atacar células clave en la nariz, lo que explicaría el inusual descubrimiento de que algunas personas que padecen de COVID-19 pierden su capacidad de olfato y gusto, hallaron investigadores de la Facultad de Medicina de Harvard.
 
Su estudio de datos genómicos de humanos y ratones halló que ciertas células en la parte posterior de la nariz albergan las proteínas con formas distintivas a las que el coronavirus apunta para invadir el cuerpo. La infección de estas células podría conducir directa o indirectamente a un sentido del olfato alterado, dijeron en un artículo publicado el sábado.
 
Médicos de todo el mundo informan casos anecdóticos de COVID-19 en los que los pacientes han experimentado una pérdida total o parcial abrupta e inexplicable del olfato y el gusto. Las condiciones, conocidas médicamente como anosmia y disgeusia, respectivamente, son “síntomas significativos” asociados con la pandemia, dijo la Academia Estadounidense de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello, el 22 de marzo.
 
El grupo, con sede en Alexandria, Virginia, propone que estos síntomas se agreguen a la lista de elementos de detección para una posible infección por COVID-19. Aquellas personas con estos síntomas, en ausencia de otras causas conocidas, deberían considerar el autoaislamiento y hacerse la prueba, dijo el grupo.
 
La inflamación en la cavidad nasal provocada por la infección que causa la pandemia puede alterar el sentido del olfato, dijeron David Brann y Sandeep Robert Datta, del departamento de neurobiología de la Facultad de Medicina de Harvard. Pero también es posible que el virus infecte y dañe células en el epitelio nasal requeridas para la función olfatoria normal.
 
Descubrir la causa de la pérdida sensorial tiene implicaciones importantes para apoyar el diagnóstico y determinar los efectos de la enfermedad, dijeron los investigadores.
 
“Además, los pacientes con disfunción olfativa persistente corren el riesgo de déficits nutricionales, de lesiones debido a la incapacidad de detectar ‘olores peligrosos’ como humo, gas y alimentos en mal estado, y de desarrollar trastornos psiquiátricos, particularmente depresión”, indicaron.