En 1966, durante el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, se puso en marcha el programa Plan DN-III-E, que estaba incluido en la planeación estratégico-militar del Plan de Auxilio a la Población Civil, de la Tercera Edición del Plan Director de Defensa Nacional (DN-III), que estaba vigente en ese tiempo.
Esto es el Plan DN-III
Este Plan consta de tres fases que son Prevención, Auxilio y Recuperación. Esto significa que desde que se tiene información de que podría presentarse un desastre que afecte a la población civil, la Secretaría de la Defensa Nacional pone en marcha el programa para coordinarse con las autoridades civiles y evitar así que el desastre, cual sea, cause víctimas humanas.
Durante la contingencia los elementos del Ejército prestan el auxilio que la población requiera. Y para la Recuperación, trabajan en coordinación con las autoridades civiles a fin de restablecer las condiciones para que la población pueda retornar a su vida normal.
Este plan se ha convertido en la principal herramienta del Gobierno Federal para atender las crisis provocadas por desastres naturales, principalmente, ya que los miembros de las Fuerzas Armadas son capacitados constantemente. Es preciso recordar que el Plan DN-III fue la base de lo que hoy es el Sistema Nacional de Protección Civil, luego de su actuación durante los terribles sismos de 1985.
Los mexicanos confían en su Ejército
Ha sido el trabajo que desarrolla el Ejército a través de este Plan DN-III, lo que ha logrado que los mexicanos sientan una particular confianza en las Fuerzas Armadas.
Por eso no es de extrañar que el gobierno de la República decidiera recurrir a la experiencia de los militares para atender la amenaza de la pandemia provocada por el coronavirus COVID-19, y aunque el temor de los pobladores demandaba acciones desde hace al menos dos semanas, en este momento el Ejército Mexicano realiza ya el inventario de los recursos con que contará para hacer frente a la etapa de contagios múltiples, es decir, a la llegada de la pandemia a la población civil.
Ahora se aplicará toda la experiencia adquirida en 54 años
Y es que es en esta parte del proceso de desarrollo de la epidemia, cuando se requiere la experiencia que los soldados mexicanos han adquirido a lo largo de 54 años atendiendo las necesidades de la población civil en casos de desastre.
Prueba de que ya han realizado el pronóstico de la situación y evaluaron los recursos con que se cuenta actualmente, es la convocatoria lanzada para el reclutamiento de personal médico para "complementar las capacidades del sistema de salud en el territorio nacional", según explicó el secretario de la Defensa Nacional, Crescencio Sandoval, el 24 de marzo pasado, cuando anunció la activación del Plan DN-III con motivo de la presencia del COVID-19.
Etapa de Auxilio
Aunque el Plan DN-III ya se encuentra activado, los mexicanos no nos hemos percatado de ello debido a que realizan labores de preparación para la atención de la contingencia, y no será sino hasta la etapa de Auxilio, cuando los veamos actuar.
En esta etapa de Auxilio, los militares apoyan a las autoridades civiles para el alertamiento de la población amenazada. Además ejecutan planes específicos de emergencia en coordinación con la autoridad civil.
Se encargan de coordinar la emergencia, atendiendo a las personas afectadas, así como tareas de transporte y evacuación preventiva, además de aprovisionamiento de refugios temporales, si fuera necesario.
Evalúan los daños, se hacen cargo de la seguridad de la zona, realizan trabajos de búsqueda y salvamento, dan asistencia médica y apoyan en la distribución de bienes y productos básicos de primera necesidad entre la población afectada.