Sin estar en su mejor momento de popularidad, el presidente Andrés Manuel López Obrador realizará este viernes su séptima visita a la entidad potosina desde que asumió la presidencia del país y llega a un SLP agobiado por varios de los problemas de competencia federal cuyo gobierno no ha logrado sofocar, principalmente el de la inseguridad pública causada en gran medida por los cárteles del crimen organizado a los que su administración no podido hacerles frente con efectividad.
Asimismo, su presencia no ha generado, como ocurría en el pasado, que la figura presidencial dejara cuantiosos apoyos extraordinarios pues en las seis anteriores giras de trabajo realizadas por territorio potosino fueron pocos los beneficios concretos que dejó y las promesas de contribuir a resolver problemas agudos graves como el de la construcción de la carretera alterna de la carretera 57 a la zona industrial parece ser que no pasaron de buenas intenciones toda vez que no se ha visto el respaldo federal para una obra de ese tipo.
Ciertamente, AMLO en visitas anteriores abiertamente manifestó la simpatía que siente por el estado y su aprecio por el gobernador Juan Manuel Carreras López lo que, hasta ahora no se ha reflejado en aprobaciones presupuestales para acciones extraordinarias que con palmadas no se llevan a cabo.
López Obrador también llegará a San Luis Potosí en medio de la reprobación femenina nacional por la incontenible violencia de género que azota a México que en los incontables feminicidios muestra su más terrible arista.
No obstante se espera que, cuando menos desatore los problemas que impiden la extensión del nuevo aeropuerto de la huasteca proyecto detenido por la falta de los recursos financieros que requiere y de ser posible que en definitiva empuje la mencionada vía alterna de la carretera 57 con lo que se resolverían muchos conflictos de movilidad en la ciudad.
En lo político, posiblemente el presidente se lleve una decepción cuando se le informe que su partido Morena prácticamente se está derrumbando en el estado como consecuencia de las ambiciones desbordadas de sus sedicentes directivos y de los que quieren serlo, además de que algunos, que sin ser militantes morenistas ya andan en franca campaña por la candidatura gubernamental, incluyendo su delegado Gabino Morales.
En lo que respecta de los potosinos en general el presidente encontrará también un cierto ambiente decepcionado por los episodios que ha protagonizado como la famosa rifa del avión presidencial así como por sus desafortunadas expresiones que incluyen una de carácter escatológico que en nada reflejan en llevar a los hechos la cuarta transformación nacional.