Pistoleros al servicio del crimen organizado asesinaron en la últimas horas a por lo menos 14 personas, seis de ellas —incluidos dos policías de Sombrerete, Zacatecas— en el municipio de Nombre de Dios, Durango, y ocho en un ataque indiscriminado con armas de alto poder dentro de un bar en Torreón, Coahuila, donde también resultaron 19 heridos, varios de gravedad.
Según informes oficiales, la patrulla que conducían los policías José Alberto Sánchez Hidalgo, de 25 años de edad y Clemente Rodríguez Ramírez, de 34, fue ametrallada la noche del viernes cuando circulaba por el municipio Nombre de Dios, 70 kilómetros al sureste de la ciudad de Durango.
En el vehículo, una camioneta de doble cabina, en la que los policías trasladaban a cuatro personas, dos de ellas mujeres, a un hospital de Sombrerete para recibir atención médica, fue atacado por varios hombres en el puente Graceros, sobre la carretera Durango-Zacatecas, cerca del límite entre ambos estados.
Además de los policías, murieron en el lugar los pacientes Pedro Aguilar Galindo, de 55 años, y Jorge Guzmán Venegas, de 20, así como sus respectivas familiares Teresa Aguilar Galindo, de 46 años, y Concepción Venegas Pineda, de 35, todos originarios de Sombrerete.
Ataque a un bar
Al menos seis hombres penetraron en la madrugada del sábado al Bar Juanas Vip, de la colonia Campestre la Rosita, en Torreón, Coahuila, y dispararon con armas de alto poder contra los parroquianos, causando la muerte a ocho de ellos y 19 heridos, varios de gravedad, según la Delegación Laguna de la Procuraduría de Justicia de Coahuila.
Los atacantes llegaron al lugar en varias camionetas cerca de la una de la madrugada del sábado y comenzaron a disparar contra los asistentes, en su mayoría jóvenes. Dentro del bar, que era inaugurado, murieron dos guardias de seguridad y dos jóvenes y otros cuatro fueron llevados a un hospital, incluida una mujer, donde fallecieron poco después. Entre los 19 heridos hay varios reportados con heridas de gravedad.
El ataque fue similar al registrado la madrugada del pasado domingo 31 de enero, cuando varios hombres armados dispararon contra los asistentes del bar El Ferrie, en Torreón, matando a 10 personas e hiriendo a otras 15.
Según informes policíacos, el ataque fue precedido por varias balanceras en diferentes rumbos de la ciudad, al parecer para distraer a la policía y facilitar el asalto al bar.
Horas después, en el estacionamiento de un centro ubicado a la entrada de Lerdo, Durango —conurbada a Torreón—, sobre el cofre de una camioneta gris fueron colocadas cuatro cabezas, y los cuerpos estaban en la caja del vehículo. En la mañana del sábado, bajo un puente ferroviario de la colonia Vista Hermosa, de Lerdo, fue abandonado un cadáver.
En Sonora, en la madrugada del sábado el ex comandante de la Policía Municipal de Onavas, al oriente de Hermosillo, Manuel Francisco Gutiérrez Cajigas, fue asesinado a balazos dentro de su casa junto con su esposa.
También en Sinaloa continuó la violencia y en las últimas horas fueron asesinados seis hombres, tres de ellos encontrados sobre la carretera La Cruz-Ejido El Bolillo, municipio de Elota. Las otras víctimas fueron un campesino en la sindicatura de Eldorado, Culiacán, un desconocido en San Gabriel, municipio de Guasave, y un albañil en la colonia Solidaridad, en Guamúchil.
En Guerrero, policías estatales fueron emboscados en los municipios de Tlalchapa y La Unión, en Tierra Caliente, con saldo de dos agentes muertos y dos más heridos. También se reportaron tres ejecuciones en Jalisco, dos en Chihuahua y uno más en Nuevo León. (Con información de Irma Mejía, Javier Cabrera Martínez, Adriana Covarrubias y Marcelo Beyliss. Corresponsales).