Nada nos garantiza una completa salud
Es cierto que la salud es un privilegio, pero… ¿Qué tan privilegiados somos los potosinos? Quizás nuestro mismo entorno está colaborando para que perdamos lo más valioso que tenemos.
No es suficiente una vida libre de adicciones y repleta de actividad física para garantizar estar completamente sanos, la convivencia diaria e involuntaria con sustancias tóxicas en el aire, suelo y agua, podrían estar cultivando enfermedades en la población potosina.
La Organización Mundial de la Salud, ha determinado que el 24 por ciento de todas las enfermedades a nivel mundial, son asociadas a factores ambientales y el 23 por ciento de las muertes prematuras anuales están asociadas a la contaminación ambiental.
Acuíferos y Altiplano, el epicentro
De acuerdo a estudios hay fuertes contaminantes en el agua, en el suelo y en el aire de San Luis Potosí.
Los mantos acuíferos locales contienen fuertes cargas de flúor y en la Zona Altiplano se ha detectado la presencia de arsénico. El flúor ocasiona debilitamiento dental, de los huesos y disminución del coeficiente intelectual. Por su parte el arsénico, es un cancerígeno.
En el suelo potosino también se han detectado cantidades considerables de plomo debido a las actividades mineras que se ejecutan en la ciudad.
Distintos investigadores de San Luis Potosí coincidieron en que la población infantil es la más susceptible ante los contaminantes que hay en la naturaleza.
Plomo, arsénico, flúor, lo más abundante
Rogelio Flores Ramírez, investigador de la Coordinación para la Innovación y Aplicación de la Ciencia y la Tecnología (CIACYT) de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), relató que ya se detectaron los primeros niños afectados en la ciudad.
El investigador explicó: “Hemos realizado biomonitoreos de exposición a mezclas de tóxicos en niños de barrios urbanos marginados en San Luis Potosí, lo que encontramos fue exposición a plomo, arsénico, flúor, hidrocarburos, aromáticos, policíclicos y benceno en estas poblaciones, lo cual nos habla de que están expuestos y que pueden presentar un riesgo a la salud”.
Bellas Lomas, Tercera Chica y Morales, los afectados
Flores Ramírez dijo que por medio de muestras de orina y de sangre se descubrió que los niños con mayores concentraciones de sustancias se encuentran en colonias como: Bellas Lomas, Tercera Chica, Morales y Zona Industrial San Luis.
Sin embargo, esto no exime a la población de otras zonas, ya que el aire se ha convertido en el más sutil de nuestros enemigos: “El contenido de las partículas que hay en el aire está asociado a cáncer, hay estudios en la universidad donde se ha demostrado que hay ese tipo de elementos cancerígenos en partículas que están en el aire”, señaló Robledo.
Dijo que el peligro de respirar se debe al crecimiento industrial, las emisiones contaminantes de los coches y también a la poca regulación de fuertes fuentes contaminantes, como las ladrilleras.
“Tenemos fuentes importantes de contaminación atmosférica en la ciudad y por lo tanto estamos expuestos, todos estamos expuestos porque todos respiramos, el aire sí no discrimina”, acotó Robledo.
Las afectaciones pueden ser neurológicas o cognitivas
La toxicóloga clínica Evelyn Van Brucel explicó que los metales encontrados en suelo, aire y agua pueden ocasionar afectaciones neurológicas, cognitivas, fallas renales, distintos tipos de cáncer y afectaciones en los huesos. La población infantil es la más susceptible a los contaminantes.
“En el caso del plomo, lo que produce en los niños es una afectación del neurodesarrollo, disminuye la capacidad cognitiva de los niños, el crecimiento incluso en estatura, altera aspectos conductuales de los niños”.
Van Brucel explicó que el arsénico es un cancerígeno de piel, “si uno está expuesto al arsénico durante mucho tiempo a concentraciones por encima de la norma, sobre todo en agua, y que en México hay muchísimo arsénico en agua”.
Niños, el sector que más debemos proteger
Además advirtió que el flúor produce daño a nivel neurológico: “Todos estos efectos son más evidentes, más importantes y prevenibles además en la niñez, porque son los que están en desarrollo, las células se están dividiendo, es a donde impacta, son los niños a quien debemos proteger de todos estos contaminantes”.
En el caso del cadmio, la toxicóloga explicó que afecta el desarrollo infantil, el riñón, los huesos y el desarrollo músculo-esquelético de la persona.
Van Brucel dijo que “todos estos efectos de los que estamos hablando son efectos crónicos, son efectos a exposiciones relativamente bajas, aunque por encima de la norma y son efectos que se ven con el tiempo, nos vamos a enfermar porque vamos acumulando, vamos respirando, vamos teniendo sustancias en el cuerpo que van quedando, que van dañando diferentes órganos y que no hay un tiempo, en diez, 15, 20 años te puede generar daño respiratorio, neurológico, renal”.