Forbes | 23/02/2020 | 00:21
El tema de inclusión en el sector tecnológico es un foco encendido que la industria, las compañías y la sociedad, tienen como pendiente en todo el mundo. Es un hecho que la participación entre las mujeres y los hombres está siendo dispareja y se requiere mayor participación de ellas, así como balance para que deje de ser solo un club exclusivo de ellos.
Desde 2018, Linkedin ya lo advertía con este boom de tendencias y herramientas como la Inteligencia Artificial. Señalaba que en áreas tecnológicas como estas, existía una importante brecha de género en todo el mundo, entre los profesionales con conocimientos de Inteligencia Artificial: solo el 22% son mujeres, con hombres completando el 78% restante.
Hablar de tecnología no solo es traducir las tendencias o los gadgets que vendrán a cambiar las formas en las que el ser humano vivirá los siguientes años. Es saber también cuáles son los retos a los que se enfrenta como sociedad y con base en esto, saber si esta innovadora industria que promete cambiar y romper paradigmas, le ofrece lo mismo a los hombres que a las mujeres.
“Todavía seguimos viviendo en una sociedad mayormente machista y en el ámbito de la política y la tecnología (que es donde yo estoy) a veces es el doble o triple, con lo que se hace muy difícil llegar a puestos de decisión, de poder sin que tengas que demostrar el doble o el triple que tus colegas varones”, dice en entrevista para Forbes México, Cecilia Nicolini, directora de Opinno Research Center e Investigadora de Harvard y del MIT.
¿Qué es lo que sucede?
Según el informe Mujer y tecnología de la edición 2019 de la Reunión Anual del Foro Económico Mundial, la representación femenina en la economía digital sigue menguando pese a los esfuerzos colectivos y las necesidades del mercado: la brecha no cesa, sino que crece. Las mujeres escogen cada vez menos estudios relacionados con las tecnologías de la información y comunicación (TICs).
En el mundo tecnológico, sobre todo en el de software, la representación femenina no suele superar el 10%. Así lo advierte también Chicas en Tecnología, una organización civil que busca empujar el trabajo y la participación de las mujeres en el sector y la industria tecnológica.
El problema tiene varias aristas y suele comenzar ya en la escuela primaria y secundaria, cuando ellas dejan de elegir las materias ligadas a las ciencias. Esta disparidad genera un inconveniente en la productividad de las empresas, pues está demostrado que la diversidad de los equipos trae beneficios a los colaboradores y a las compañías.
Dicha organización plantea algunos puntos para trabajar y fortalecer estos temas:
Mundo del software, el club de varones
En el mundo, aproximadamente el 50% de la población es femenina. De tal dato surge una pregunta inevitable: ¿Cómo hacen las empresas para desarrollarse y evolucionar sin la mirada de ellas?
“Para muchos el mundo del software es como un club de varones. Y la realidad les ha dado la razón, aunque no hubiera una justificación para esto”, dice Ezequiel Ruiz, VP de Talent Acquisition de la compañía BairesDev, firma de desarrollo de software.
El directivo asegura que, desde su trinchera y como representante de una firma tecnológica, durante los últimos años han ido incrementando la cantidad de desarrolladoras mujeres. Detalla por ejemplo, que en 2017, contaban con un 14%, en 2018 el porcentaje ascendió a 17%, y en 2019 llegaron al 22%.
“A estos números se les suma el hecho de que el 30% de las Account Managers de la compañía son mujeres y que en el mismo tiempo crecimos como empresa a tasas superiores al 50%”, cuenta Ruiz.
Por su parte Cecilia Nicolini, también politóloga e investigadora en temas de Tecnopolítica, señala que todavía existen barreras en las que las mujeres no han podido romper la brecha social, política, económica en donde los hombres son los mayores beneficiados.
Con políticas disparejas, beneficios desbalanceados y sobre todo, con un ambiente en el que los hombres mantienen el poder en ideologías y prácticas, difícilmente dice, se podrá encontrar un menor contraste social.
“Y esto nos lleva a generar menos participación en las carreras que se están estudiando en la rama de la tecnología y todo esto se traduce en que las grandes empresas de tecnología casi no tienen mujeres”, señaló.
Romper la brecha
Uno de los objetivos para romper esta brecha, señala que son necesarias mayorías políticas, de decisiones, que los espacios de decisión también traigan nuevas políticas con perspectivas de género. “Una educación con perspectiva de género, que esta transformación sea sustantiva en los nuevos términos de las reglas de la sociedad y de nuevas reglas económicas”, dice.
Es coincidente con lo que define María Clara Vallés, Solution Architect de BairesDev, quien asume que es indiscutible que las mujeres tienen que hacer, en cualquier ámbito, un esfuerzo mucho mayor que el que hacen los hombres para lograr resultados similares.
“Si bien no hay dudas de que durante los últimos años fuimos ganando terreno y allanando caminos, la paridad de posiciones es aún lejana. La industria tecnológica tuvo a una mujer como pionera, aunque pocos lo sepan: Ada Lovelace fue quien escribió el primer algoritmo destinado a ser procesado por una máquina, por lo que es reconocida como la primera programadora. A pesar de esto, fue un sector dominado por los hombres a lo largo de la historia”, dice María Clara Vallés, Solution Architect de BairesDev.