San Luis Potosí, SLP.- Más del cincuenta por ciento de las atenciones por adicciones que se brindaron en el Instituto Temazcalli, provenían de una relación codependiente, situación que propició la adicción a alguna sustancia, reconoció José Ramón Arellano Cano, director general de Instituto Temazcalli.
“Nuestras estadísticas marcan que más de la mitad de nuestros pacientes adultos, con una pareja estable, tienen una pareja codependiente”.
En las relaciones tóxicas con presencia de consumo adictivo de estupefacientes, abundan tres escenarios, el hombre que enganchó a la mujer a una sustancia, la mujer que enganchó al hombre al consumo de una droga y los dos adictos que iniciaron una relación.
Es importante destacar, que no debe de haber una estigmatización en el género, en todos los casos de relaciones tóxicas que llegan al instituto, los tres escenarios son constantes y posibles.
“Es muy importante en el tratamiento de las adicciones, atender la dimensión de pareja […] parejas tóxicas, seguramente van a ser un factor de mal pronóstico en la rehabilitación”.
Arellano Cano, declaró que los tratamientos se basan en metas y en muchas de las ocasiones, lo más recomendable es terminar con la relación sentimental, para poder continuar con la recuperación.
En cuestión de las adicciones, las relaciones de pareja juegan un papel muy importante, si una relación de pareja es sana, entonces se facilita y se puede dar sostenimiento a un tratamiento de adicciones.
“Cuando las relaciones de pareja no son sanas, como popularmente llamamos son tóxicas, el tratamiento de la adicción se entorpece mucho, entonces es más difícil para una persona recuperarse”.
En una relación tóxica, un miembro de la pareja o ambos miembros de la pareja, tienen comportamientos que generan que permanezca la conducta adictiva: “Un ejemplo, a través de ciertos chantajes o manipulaciones, la persona adicta pudiera ejercer en la pareja violencia, y luego esa pareja hacer cosas para que la persona adicta siga consumiendo y se hace un círculo vicioso”.
Una relación tóxica, puede definirse cuando produce tres cosas: Emociones negativas, cuando predomina el enojo, culpa, vergüenza, miedo o celos, la segunda variante es el maltrato en la pareja, donde se encuentra la manipulación, mentira, control, sobrecontrol, críticas o violencia ya sea psicológica, sexual, física y económica.
El tercer componente se basa en quien sufre ese maltrato, tiene consecuencias como cambios en su comportamiento, ya sea que la persona tenga problemas en el trabajo, en su desempeño escolar, en su desempeño familiar o social, baja autoestima, problemas de depresión, ansiedad o de sueño: “Ahí ya hablamos de que son relaciones tóxicas, es decir, relaciones que no contribuyen a un crecimiento individual y de la pareja”.
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