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Dichosa culpa: el nuevo disco de Naftalina

Notimex | 04/02/2020 | 00:30

Rebelándose contra la banda de Reino Unido, Jethro Tull, sobre que a los cuarenta años se es muy viejo para ser roquero y demasiado joven para morir, Federico Arana (Hidalgo, 1942) frena el ruido aplastante de un sábado a la una de la tarde en el viejo Tianguis del Chopo para decir que rocanrolear es mezcla de vicio, vocación, necesidad y cultura.

 

—Un roquero ideal debe ser una persona iconoclasta, no conservadora, una persona de mente abierta. Los de mi generación eran absolutamente machistas y malinchistas, nada más hay que escuchar las letras, siempre aparecía en las portadas una mujer güerita con ojos azules, tenían los mismos valores que un bolerista, era gente muy religiosa.

 

Para Arana, ganador en 1973 del Premio Xavier Villaurrutia por su novela Las jiras, el mundo ha evolucionado y las nuevas generaciones reflejan una nueva realidad: se transforma la mentalidad, la iglesia ya no tiene el papel protagonista y el cine ya no se somete totalmente a la censura.

 

—Antes era imposible que se mostrara a una mujer pecadora con un final feliz; la literatura y las otras artes ya son diferentes. Hoy, Camilo José Cela podría ser un escritor fresa, las nuevas generaciones enarbolan el desenfado y la blasfemia.

 

Sin embargo, el originario de Tizayuca, también exintegrante de Los Sonámbulos y Los Sinners, recuerda a Notimex que como sociedad mexicana debemos al rock haber evolucionado un poco:

 

—Avándaro fue un parteaguas, a los pocos años hasta las cantantes de ranchero empezaron a salir con topless, se empezó a ver con buenos ojos el desnudo, la gente cobró conciencia; había que liberarse de esa enfermiza prohibición que nos inculto la iglesia: el cuerpo como pecado, la sexualidad con el mal. Hace pocos años, Spencer Tunick pudo desnudar a cientos de mexicanos en el Zócalo capitalino gracias a este evento histórico, con Avándaro se vino abajo el prejuicio de que los jóvenes rocanroleros eran perversos y criminales.

 

El rock no es de semianalfabetas

El autor de Huaraches de ante azul. Historia del rock mexicano, reflexiona sobre que el rock sirve para pensar y el roquero debe tener una cultura amplia porque de lo contrario “es un aburrimiento total”, ya que solo mentarle la madre al gobierno no sirve, sino que hay que tener una propuesta y como en la literatura, no es lo mismo leer al filósofo rumano Emil Cioran, que un best seller.

 

—La frivolidad, lo fácil en las artes y la cultura es basura. Si queremos hablar de problemas que tienen peso hay que recurrir a un lenguaje que no es elemental; tienes que tener vocabulario. No existen buenos roqueros que lean un solo libro, las personas que leen solo el Corán o la Biblia es peor que la gente que no lee nada, eso ya lo dijo (Miguel de) Unamuno. Buscar, investigar, criticar, proponer; los libros de superación personal ayudan a retroceder.

 

Ejemplo y congruencia de esas ideas, en las cuales destaca que el rock no es de semianalfabetas, es la Dichosa Culpa, el nuevo disco del grupo que fundó en 1975, Naftalina, donde se habla de temas que afectan al mundo actual. La primera canción, “La pesadilla de mi confesor”, es una alusión directa a la pederastia clerical, a Marcial Maciel, a los curas y pastores que habitan en la Tierra.

 

—En todas las religiones se cometen las mismas fechorías. Aquí en México todavía tiene mucho poder la Iglesia y se acallan parcialmente esos escándalos. El Estado estaba en convivencia con esas aberraciones y no pasaba nada.

 

Para Arana, autor de más de 30 libros como Roqueros y folcloroides o Los cien más cachondos rocanroles de las lenguas españolas, los temas que laceran a la sociedad actual se tienen que ventilar y con canciones como “Armagedonald”, de su nuevo material, buscan que la gente piense y cambie un poco de actitud.

 

—Lo de Donald Trump es una pesadilla universal. Hay un altísimo número de personas que no les parece que Trump sea un traidor a la Democracia, que sea un machista impresentable, les tiene sin cuidado al grado que puede reelegirse… ¡esto ya es un cinismo que apesta!

 

“Palomazos” y derechos humanos

Federico Arana señala que el rocanrolero se tiene que preocupar por su tiempo y las canciones de la Dichosa Culpa lo demuestran ya que en el tema “Agente 00 huevos” se habla sobre los machos golpeadores: una realidad en México.

 

—El hombre se siente humillado por el poder, por las capacidades que tiene la mujer, al macho mexicano le da por golpear y hasta matar, no ve la manera de dialogar con la mujer para resolverlo; los derechos humanos también tienen lugar en el disco, en México están legislados, pero solo se respeta en algunos lugares, en otros, tanto a políticos, empresarios o instituciones, les tiene sin cuidado.

 

Aunque lo parece, la Dichosa Culpa, la cual cuenta con la participación Sandra Luz, Fred Armstrong, Javier Flores “Zoa”, Federico Luna, Enrique Ochoa, Felipe Souza y Raymundo Casanova, no tuvo un nacimiento fácil, ya que el integrante del grupo referente del rock nacional denuncia que, como siempre, a las firmas poderosas no les interesó esta propuesta musical.

 

—Saben que la mayoría de la población no tiene una buena formación, no les gusta que hablen de problemas, no quieren saber nada de los niños de África que se mueren de hambrem, eso los saca de su nube de confort.

 

No obstante, reconoció que no todo está perdido y hay público que sí busca información, nuevos horizontes e ideas frescas, para quienes el disco también ofrece “palomazos” con Alejandro Lora, Jessy Bulbo, Buba, Charly Montana, Rafael Catana y “lo que queda de los integrantes de Naftalina, Patrimonio Inmoral de la Vecindad”.

 

El disco se grabó hace tres años y por fin ya se puede escuchar; se podrá conseguir por Internet y en el Tianguis del Chopo; además, Arana adelantó que se presentará a principios de marzo en el Museo del Chopo.