San Luis Potosí, SLP.- La violencia contra las mujeres se manifiesta de una forma escalonada, cada vez son más atroces las formas en las que las mujeres viven sus últimos instantes, quedando atrapadas en manos de sus agresores, situaciones crudas que ocurren en San Luis Potosí, donde posteriormente los nombres de las víctimas pasan a titular casos mediáticos u olvidadas carpetas de investigación.
Posterior a la Auditoría Social al Sistema Estatal para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, se encontró que una vez cotejando los datos, hay seis feminicidios que se registran en San Luis Potosí, pero que “nadie sabe” donde ocurrieron, como ocurrieron y las características físicas y sociales de las víctimas.
“A partir del 2019, empezamos a hacer una base de datos de los feminicidios que hemerográficamente encontrábamos en San Luis Potosí, tenemos perdidos seis feminicidios de los cuales no hay información, es decir, no tenemos ni un nombre, ni donde ocurrieron, ni la edad de la víctima, ni absolutamente nada, sólo sabemos que hay seis más”, señaló informó Samira Silva Ramos, integrante de la Colegia de Themis A.C.
Hasta el 21 de diciembre del 2019, se lograron encontrar 21 feminicidios en el estado de San Luis Potosí, el 40 por ciento de estos feminicidios ocurrieron en la capital potosina, el 30% en Soledad de Graciano Sánchez, el 10% ocurrió en Villa de Ramos, posteriormente se encuentran Villa de Zaragoza, Tamanzunchale y Santa María del Río representando el 5% respectivamente.
¿Cómo fueron la mayoría de los feminicidios?
De acuerdo a esta auditoría, se determinó que el 38 por ciento de los feminicidios registrados durante el año pasado, fueron por tiro de gracia o por algún disparo directo a las fosas nasales.
Seguido se encuentra el estrangulamiento con un 28 por ciento, posteriormente se encuentran los decesos por golpes representando el 10% y a partir de ahí se registran muertes todavía más crueles.
En el porcentaje más bajo, están las muertes más crueles
El 24 por ciento corresponde a las muertes más crueles, en las cuales hubo descuartizaciones, desangramiento, suspensión del cuerpo, amarrar el cuerpo completamente y “hubo un caso específico donde se encontró ya en la necropsia, que el cuerpo seguía con vida cuando la amarraron y la aventaron por un barranco”.
Silva Ramos, dijo que en estos casos, los tipos de violencia fueron escalando y no son sucesos aislados, pues había toda una historia de violencia previa.
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