LA VISTA SE VUELVE INSENSIBLE ante la maraña de anuncios, sean pintados en bardas, colocados en soportes especiales como los que existen en casi todos los camellones de nuestras avenidas, o ubicados en estructuras al ras del piso en sitios de propiedad municipal pero construidos por particulares, o, finalmente, en los enormes espectaculares colocados sin precaución sobre edificaciones no cimentadas para ello.
NO OBSTANTE, LA VISIÓN DE LOS responsables de controlar el uso de nuestro espacio visual es cubierta por una venda de billetes de diferentes denominaciones.
CUALQUIER PRODUCTO, EVENTO “artístico”, etcétera, es promovido por sujetos o empresas que se adueñan de las bardas o espacios de construcciones sin molestarse en pedir permiso de sus dueños, encargados o herederos.
LO MISMO APARECEN “anuncios” pintados en bardas que rodean las subestaciones de la Comisión Federal de Electricidad, que en bardas ubicadas en la avenida Reforma, donde se supone que fincas y edificios están en el área protegida del CENTRO HISTÓRICO. El dinero es lo importante y la llamada “contaminación visual” que afecta al habitante de la zona urbana, el visitante o quien sea que circule por calles y avenidas, y ni siquiera es considerada como parte de la reglamentación municipal sobre el espacio público.
LOS LLAMADOS “ROTULISTAS” tienen un acuerdo no escrito con los “inspectores” municipales a quienes comparten parte de sus cobros por el pintarrajeo de cualquier barda que ellos, los pintores, tienen entre los espacios que están bajo su control y a disposición de los anunciantes potenciales.
LA DIRECCIÓN DE COMERCIO DEL ayuntamiento de la capital, al igual que la correspondiente del ayuntamiento de Soledad, tienen autoridad para controlar el espacio en las zonas protegidas y no cumplen, pero tampoco pueden evitar la colocación de anuncios porque el ingreso que le produce el permiso extendido a los rotulistas es lo más importante.
LOS ESPECTACULARES COLOCADOS a lo largo de todas las avenidas y calles importantes de la ciudad deben reunir acreditaciones mayores. No obstante, la reglamentación es apenas tomada en cuenta para el uso de sus soportes.
LOS HAY QUE PERTENECEN A personajes vinculados a la actividad política y suelen usarse para la colocación de lonas impresas con mensajes partidistas o con ataques personales, como sucedió el año pasado.
LA REVISIÓN DE REGLAMENTOS Y normas municipales es una obligación sin atender por parte de las autoridades municipales, sin reflejo en las tareas legislativas porque nadie desea embrollarse en situaciones que ahora están bajo control de mafias formadas por rotulistas, pintores y el cuerpo de inspectores municipales, para quienes el monto de sus ingresos es vital.
PERO, DELANTE DEL CÚMULO DE problemas municipales, olvidarse de uno que no parece directamente vinculado al bienestar de los habitantes de la ciudad, todos los que intervienen en el control de nuestro espacio visual, procuran el sigilo para continuar explotando algo que se iguala con la actitud irresponsable del grafiti en los edificios públicos.
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