El presidente Donald Trump enfrenta una de las mejores pruebas de su presidencia después de que Irán lanzó misiles balísticos en las bases iraquíes que albergan tropas estadounidenses y planeó dirigirse a la nación el miércoles. El ataque de Irán fue su asalto directo más descarado contra Estados Unidos desde el embargo de 1979 de la Embajada de los Estados Unidos en Teherán.
Los ataques empujaron a Teherán y Washington peligrosamente cerca de la guerra y pusieron la atención del mundo en Trump mientras sopesa si responder con más fuerza militar. El presidente republicano se reunió con sus asesores de seguridad nacional el miércoles por la mañana, pero no ofreció ninguna indicación inmediata de si tomaría represalias. "¡Todo está bien!", Dijo en un tweet del martes por la noche.
Los ataques iraníes se produjeron días después de que Trump autorizara el asesinato selectivo del general Qassem Soleimani , jefe de la élite de la Fuerza Quds de Irán.
Irán se había comprometido a tomar represalias, aunque sus acciones no parecieron provocar bajas estadounidenses, según un funcionario estadounidense. Sus misiles apuntaban a dos bases: una en la ciudad iraquí del norte de Irbil y la otra en Ain al-Asad, en el oeste de Irak.
La falta de bajas estadounidenses podría indicar que Irán no está interesado en aumentar la tensión con Washington, al menos no ahora, y podría darle a Trump una oportunidad para calmar las relaciones con Irán y alejar a Estados Unidos del borde de la guerra. Trump, quien se enfrenta a la reelección en noviembre, hizo campaña por el presidente con la promesa de evitar que Estados Unidos se involucre en una "guerra interminable".
El senador James Inhofe, presidente del Comité de Servicios Armados del Senado, dijo a los periodistas el miércoles que habló con Trump el martes por la noche después del ataque iraní y dijo que el presidente indicó su deseo de reabrir las negociaciones con Irán.
En las horas previas a los ataques con misiles, los funcionarios estadounidenses dijeron que esperaban algún tipo de respuesta de Irán, y Trump advirtió al enemigo estadounidense desde hace mucho tiempo contra una respuesta desproporcionada. "Si Irán hace algo que no debería estar haciendo, sufrirá las consecuencias y con mucha fuerza".
El ministro de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif, tuiteó que el país había "concluido medidas proporcionadas en defensa propia".
Pero hablando el miércoles, el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, dijo que el ataque no era necesariamente la totalidad de la respuesta de Irán.
Anoche recibieron una bofetada", dijo Khamenei en un discurso. “Estas acciones militares no son suficientes (para venganza). Lo importante es que la presencia corrupta de Estados Unidos en esta región llegue a su fin ".
La muerte de Soleimani la semana pasada en un ataque con aviones no tripulados estadounidenses en Bagdad provocó furiosos llamados de venganza y atrajo a multitudes de iraníes a las calles para llorarlo. El propio Khamenei lloró en el funeral en señal de su vínculo con el comandante.
Los iraníes dispararon un total de 15 misiles en el ataque del miércoles, dijeron dos funcionarios estadounidenses. Diez atacaron la base aérea de Ain al-Asad en la provincia occidental de Anbar en Iraq y uno atacó una base en Irbil en la región kurda semiautónoma de Iraq. Cuatro fracasaron, dijeron los funcionarios, que no estaban autorizados a hablar públicamente sobre una operación militar.
"A medida que evaluamos la situación y nuestra respuesta, tomaremos todas las medidas necesarias para proteger y defender al personal estadounidense, socios y aliados en la región", dijo Jonathan Hoffman, asistente del secretario de defensa de Estados Unidos.
Dos funcionarios de seguridad iraquíes dijeron que un misil parecía haber golpeado un avión en Ain al-Asad, encendiendo un incendio. No hubo informes inmediatos de víctimas de los ataques, según los funcionarios, que hablaron bajo condición de anonimato ya que no tenían permiso para hablar con los periodistas.
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