El título de la columna de hoy, cae perfectamente como anillo al dedo con el primer tema que abordo: las empresas fantasmas.
Precisamente la gran mayoría de empresas fantasmas que son utilizadas en los gobiernos federales, estatales, ayuntamientos, congresos y partidos políticos, sirven para desviar recursos públicos, que terminan en los bolsillos de los funcionarios públicos.
Una empresa fantasma es una compañía que sirve como pantalla o fachada para aparentar operaciones empresariales, de servicios o productos, sin tener actividades reales. Es decir, para hacer creer que es una empresa hecha y derecha.
En el caso de San Luis Potosí, basta recordar como los diputados de la pasada legislatura, desviaron más de 42 millones de pesos mediante una red de empresas fantasmas. Varias dependencias del gobierno estatal recurren seguido a esta lamentable práctica. Los servicios de salud, el Hospital Central, la Junta Estatal de Caminos y la Oficialía Mayor llevan años haciéndolo sin consecuencias.
Incluso, es común que empresas fantasmas sean las que más ganan licitaciones del gobierno: Ejemplo claro de éstas fue la red de empresas que recibieron recursos del gobierno de Veracruz en la administración de Javier Duarte. Aquí se hace lo mismo, pero con la total complacencia de la Contraloría General del Estado, la Auditoría Superior del Estado y el mal llamado Consejo Ciudadano de Transparencia del Gobierno del Estado.
ETERNO FAVORECIDO
Y ya andamos metidos en menesteres de licitaciones y compras amañadas, resulta que desde tiempos de Fernando Toranzo, Lujime Comercialización se mantiene como la favorita de la Oficialía Mayor. (la cual no es fantasma, pero sí parece haber sido creada exprofeso). Esta empresa multiservicios ha sido descaradamente favorecida con infinidad de adjudicaciones directas. Tarde que temprano se sabrá realmente quién es el alto funcionario que está detrás de ella.
OTRA DENUNCIA PENAL
Antes de cerrar el 2019, la ex diputada perredista Dulcelina Sánchez fue vinculada a proceso penal, por el presunto delito de peculado. Estoy en condiciones de informarle que ya tiene una denuncia más, ya que otra víctima también asegura le fue falsificada su firma y que jamás recibió ningún apoyo. Y para no variar, estas supuestas ayudas sociales se justificaban en el Congreso mediante facturas de empresas fantasmas, incluso hasta fichadas por el SAT como es el caso de la fantasmagórica Sistema Comercial 377.