Glamour | 03/01/2020 | 01:14
Antes que nada, queremos hacer una pausa para dejar en claro un punto IMPORTANTÍSIMO: Las brochas de maquillaje para la base, corrector, polvos faciales y productos en crema o líquidos, se deben limpiar (máximo) cada dos semanas para evitar la proliferación de bacterias en la piel.
Las otras que se utilizan para productos en polvo, como las que son para cejas, sombras, contorno, iluminador y rubor, es posible lavarlas cada mes. Una vez acentuada esta aclaración, ¡ahora sí vamos con los pasos para limpiar y desinfectar las brochas de maquillaje!
PRIMER PASO: ¡SEPÁRALAS!
Así es, divide las que son naturales y las que son sintéticas, ya que las primeras se deben limpiar con mayor suavidad y delicadeza. En este caso, te recomendamos humedecer SOLAMENTE las cerdas de la brocha (sin llegar al metal) y lavarlas con un shampoo para bebé o con un limpiador con pH neutro, mediante masajes circulares en la mano.
Después, es necesario enjuagar con agua tibia, aplicar un acondicionador gentil, volver a enjuagar y secar el exceso de líquido con toallas para la cocina.
AHORA, ¡A LAVAR LAS SINTÉTICAS!
Para limpiar estos pinceles, te recomendamos utilizar un tapete limpiador de silicona y jabón para brochas de maquillaje (o para trastes si quieres hacer una limpieza profunda). ¿Cómo hacerlo? Repite el paso anterior de humedecer las cerdas y coloca un poco de jabón en el tapete de silicona.
Enseguida, haz movimientos circulares de la brocha en contacto con el jabón y sigue así hasta que hayas quitado todos los restos de maquillaje y suciedad. Enjuaga y repite los pasos las veces necesarias hasta que los pelitos de la brocha regresen a su color original.
TIP G: Evita aplicar mucha fuerza o cambiar bruscamente la dirección de los pelitos de las brochas al lavarlas. De hecho, cuando termines de quitar los restos de agua con la servilleta, trata de regresar las cerdas a la posición inicial lo más que puedas. De esta manera conservarás su vida útil y en un estado correcto, por más tiempo.
SEGUNDO PASO: DÉJALAS SECAR
Como ya lo mencionamos antes, es infalible dejar secar las brochas de forma horizontal o con las cerdas hacia abajo, con la finalidad de que el agua no tenga contacto con la parte metálica y el mango. Para ello, puedes colocarlas sobre una superficie plana cubierta de toallas de papel o colgarlas sobre un soporte con ligas.
TERCER PASO: DESINFECTA LOS MANGOS
Las bacterias también se acumulan en los mangos de las brochas de maquillaje y es necesario deshacernos de ellas, sin estropear el material. ¿Cómo lograrlo? Existen soluciones especiales para esterilizar que solo se rocían en la varita y se limpian con pads de algodón, aunque también puedes hacer tu propio esterilizante para brochas.
Para ello, vierte una parte de agua micelar y una parte de alcohol en un atomizador y agita. Luego, aplica un poco de aceite de oliva sobre un algodón, limpia el mango con él, rocía la solución y quita todas las impurezas con una toallita de tela.
Ahora, solo espera a que las brochas sequen por completo y, ¡ya las tienes totalmente limpiecitas para volver a usar!