Pedro Cervantes Roque | 02/01/2020 | 21:40
AUNQUE EL TIEMPO SE PUEDE marcar, es incontenible. Pasa y no vuelve. Jamás se detiene. Será por eso que al tiempo que le marcamos, nos marca. Al tiempo que lo medimos, nos mide. Son reflexiones que cada determinado tiempo, un año, por ejemplo, es buena ocasión para revisar esas marcas que llevamos en el recuerdo, en la memoria.
PERO, TAMBIÉN, ES MAGNÍFICA ocasión para marcar nuestro tiempo. Los deseos de felicidad, de progreso y bienestar que escuchamos en estos días, han dicho los que hacen predicciones, que son decretos para que nuestra vida, medida en años, mejore aunque la realidad nos diga que mientras más años, más probabilidades de sufrir los efectos del tiempo que, para colmo, no perdona.
ES IMPOSIBLE SEGUIR IGUAL frente al paso del tiempo. Nos marca el rostro, aparecen significativos cambios en la piel y sus marcas son el registro de nuestro carácter, de nuestra conducta y hasta de nuestras heridas. No obstante, es menos trascendente el destino individual frente al tiempo que las esperanzas colectivas que aún conservan esa aspiración de tener mejores condiciones de vida para todos.
ES AQUÍ DONDE LOS CÁLCULOS Y los augurios deben coincidir. Para que este 2020 sea mejor que todos los que le antecedieron, es necesario coincidir las intenciones con los actos. Sin eso es imposible aprovechar el tiempo, no quitarnos el tiempo porque eso equivaldría a seguir igual, cuando no a desmejorar.
NO ES SENCILLO HACERLO. LAS intenciones colectivas están descoordinadas, desenlazadas, nos falta coordinación y en esto surge la idea de localizar un buen líder, de mejorar la política para configurar nuevos planes y obtener mejores resultados. De esto debían encargarse los partidos políticos, pero está visto que las ambiciones los rebasan y los egoísmos anulan sus principios rectores.
EL RETO PARA LOS POLÍTICOS DE San Luis es justamente visualizar, cada uno a su manera y bajo sus principios, la oferta que podría hacer delante de la esperanza colectiva de mejora. Proponer una vía de enlace de esos propósitos para construir una red de acciones positivas con resultados benéficos para todos. Usted sabe, respetado lector, que es un reto muy pesado de alcanzar y que nuestra cultura política no ve más allá que los intereses de grupo, de partido, de sector.
NI SIQUIERA LOS LIDERAZGOS morales y religiosos han podido modificar el entorno para que todos podamos superar nuestro estado de cosas. Es difícil prosperar por decreto como lo insinúan los expertos adivinos. Es la actitud colectiva la que podría concretar el cambio y para eso es necesario un líder que guíe atinadamente el destino colectivo de nuestro amado estado.
EL TIEMPO NOS DA TIEMPO PARA buscar y encontrar a las personas que podrían encabezar nuestro destino. El 2021 ¿será nuestra oportunidad?, así sea.
pedrocervantesroque@yahoo.com.mx