El Estadio Azteca era escenario de otra gran final, de coronar a otro capeón en su mítico césped, de dar una alegría a las miles de almas, locales y visitante, que se hacían presentes en la tribuna. América y Monterrey saltaron al terreno de juego del Coloso de Santa Úrsula con la emoción a flor de piel y un sueño en común, el de levantar la copa en una cancha histórica.

Más de 100 mil colmaron las tribunas para alentar a un América que en esta liguilla se volvió una auténtica ave de tempestades al sobreponerse a dos resultados adversos que los tenían en esta definición por el título. Los Azulcrema ganaron en confianza desde el arranque del partido y apenas al 5, Viñas recibió un pase en el costado derecho del área, superó la marca de Vangioni y con un disparo cruzado igualaba el global (2-2).

Fue un envión anímico para las Águilas que no se cansaban de llegar frente a un Monterrey muy perdido sobre el terreno de juego. Pizarro se veía fuera de ritmo y Dorlan Pabón poco preciso para servir de balones a Funes Mori que no lograba hacer pesar su presencia ante los zagueros azulcrema.

El vendaval americanista no cesaba y al 24, Renato llegó a línea de fondo, centró a Roger Martínez que con un derechazo al palo contrario de Barovero ponía el 2-0 en el partido; sin embargo, apareció el VAR para ahogar el grito de gol y aguar la fiesta americanista en las gradas por una mano de Richard Sánchez en una jugada previa.

El paraguayo se cobró revancha y al filo del descanso, se encontró con un rebote en la media luna, acomodó el cuerpo y sacó un riflazo colocado al costado derecho del arquero para el 2-0 (3-2 global) que justificaba el dominio americanista frente a un Monterrey apático.

En la segunda mitad América dio vida a Rayados al echarse atrás y dar entrada a un jugador sin peso como el 'Oso' González sacando a Richard Sánchez. Herrera echó a la basura su trabajo y al 75, un error de Jorge Sánchez que acabó en el suelo para dejar solo a Pabón que le puso un bombón a Funes Mori para el empate global.

Mal manejo de partido de Miguel Herrera haciendo sufrir de más a un equipo con su planteamiento timorato; fue Ochoa quien salvó al Ame al 85 con un atajadón a una mano en el área chica, obligando a los Tiempos Extra para definir al nuevo monarca.

Ni Gio, ni el 'Oso', pesaban en el partido y en el alargue el cansancio era evidente en ambos conjuntos, pese a que Rayados se veía mejor sobre el terreno de juego. El gol no llegó en los 30 de alargue y desde el manchón penal había que decidir al ganador.

En los penales fallaron Gio y Castillo, mientras que Monterrey fue efectivo con Janssen, Funes, Charly y Vangioni para sumar su quinto título con mucho corazón y drama en el coloso de Santa Úrsula que pese a la derrota puede sentirse contento por su equipo. Monterrey, por su parte, gana 10 años después de la mano del Turco y cierra un año fantástico.