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Robert Louis Stevenson, una celebridad literaria

Notimex | 16/11/2019 | 23:27

Un 13 de noviembre, pero de 1850, nació el novelista escocés Robert Louis Stevenson, autor de títulos universales como La isla del tesoro, La flecha negra, El señor Ballantree, así como El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde, entre otros. 

     

"Tusitala" (el contador de historias) —como lo apodaban en una de las islas de Samoa Occidental donde vivió sus últimos años— nació en Edimburgo, donde estudió Ingeniería y posteriormente Derecho, pero decidió dedicarse a la literatura porque siempre se sintió atraído hacia ella, y lo hizo tan bien, que en pocos años se convirtió en uno de los escritores más importantes de su época, de acuerdo con la página web actualidadliteratura. 

     

La popularidad de Stevenson (1850-1894) se basa fundamentalmente en los “emocionantes argumentos" de sus novelas fantásticas y de aventuras, que hoy son clásicos de la literatura, pero también cultivó la poesía para menores (Jardín de versos para niños) y adultos. 

     

El novelista, ensayista y poeta viajó de manera continua en busca de un clima favorable para sus delicados pulmones, por lo que sus primeros libros son descripciones de algunos de estos recorridos, como Viajes con una burra por los montes de Cévennes. 

     

De acuerdo con algunas de sus biografías, durante una visita a California en 1879 conoció a Fanny Osbourne, estadunidense divorciada, 10 años mayor que él, con quien contrajo matrimonio. Fue en esos tiempos que se dio a conocer como novelista con La isla del tesoro (1883). Después pasó una temporada en Suiza y la Riviera Francesa, para regresar al Reino Unido en 1884. 

     

La estancia en su patria, que se prolongó hasta 1887, coincidió con la publicación de dos de sus novelas de aventuras más populares: La flecha negra y Raptado, así como su relato El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde (1886). En 1888 inició, junto con su esposa, un crucero por el sur del Pacífico que los llevó a las islas Samoa, donde vivió hasta su muerte, venerado por los nativos. Allí escribió sus últimas obras: El señor de Ballantrae, El náufrago, Cariona y la novela póstuma e inacabada El dique de Hermiston.