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negocios

Inspirar la compra, no provocar la venta

Plano Informativo | 11/11/2019 | 11:22

Desde la aparición de las redes sociales el mundo del marketing ha sufrido un giro de 180 grados. Los flujos de información, los ciclos de compra y antiguas técnicas de venta se quedan obsoletas. Y es que las redes sociales han llevado las relaciones personales hasta convertir la venta en social selling.
 
El arte comercial ya no está en una suerte de arte o don de ventas, sino que más bien se trataría de generar el arte de la compra. El protagonista no es el producto, sino el cliente. Sus necesidades, sus aspiraciones y sus deseos. Y, lo que es más importante, sus intereses y la forma en la que las marcas los comparten con él, afirma Juan Martín, Profesor en las Áreas de Dirección de Empresas y Mercadotecnia Digital además de Jefe de Estudios de Cerem International Business School.
 
El Social Selling se enfoca en  vender sin vender. De crear relaciones y de prescribir. De convertir a las marcas en líderes de opinión, en fuentes de información fiable para clientes potenciales. Y esto va mucho más allá del grado de especialización para entroncar con valores y emociones.
 
Que el público encuentre una noticia que le conmueva compartida en las redes sociales de una empresa y la retuitee. Que comente en el blog o le dé una recomendación al puesto que acaba de publicar la compañía en LinkedIn es, en ocasiones, más importante aún que otros indicadores para que el cliente confíe en la marca y se decida por completar el ciclo de compra.
 
De esta manera, el objetivo principal del social selling es la gestión de redes sociales en torno a la marca con el objetivo de establecer un clima de confianza en la comunidad y ganarse el reconocimiento de cada uno de los usuarios potenciales. Este aporte de valor hará a los seguidores avanzar con más seguridad en el funnel o embudo de conversión.