La vida de la sociedad mundial se ha convertido en casi insoportable, los eventos adversos se multiplican cada día y la velocidad con la que suceden, nos tiene precedente pero igualmente, la ferocidad con que se cometen, nos han hecho humanos despersonalizados socialmente; es decir poco importa que le pase a los demás, cuando no suceda en nuestra persona o, en los de mis cercanos.
La violencia, la corrupción, la impunidad, son situaciones que han secuestrado nuestro pensamiento y parece por instancias que, nos acostumbramos a todo lo malo y, lo que es inherente a ello.
Hoy el desorden mundial, los resentimientos y, la inconformidad fundados en el hartazgo de lo incumplido, en promesas mentirosas, a quienes somos gobernados, aumenta en las calles, como expresión legítima de lo que debe y tiene que ser un verdadero cambio a favor de las personas que, ya no estamos dispuestos a seguir oprimidos por quienes nos ha hurtado nuestro porvenir.
Las más recientes muestras, están en Santiago de Chile, Bolivia, Brasil, Japón, Francia, donde en estos países las demostraciones de inconformidad con los respectivos gobiernos no se detienen y, las calles se llena de protestas y en muchos caso, muertes.
Más aún, ni cuando el poder ejecutivo cede a las peticiones de los manifestantes, como en el caso de Santiago de Chile, la demostración aguda en desacuerdos, continúa.Para colmo de males en estas revueltas, legítimas y necesarias, deberían ganar las personas pero, no es así.
Cada movimiento social tiene esquiroles, traidores y lo pero es que muchos son los mismos miembros de la sociedad civil, copados por el dinero público, el mismo que usan quienes tienen el poder de hacerlo, usándolo sin miramientos para conservar el poder, fundado en engaños electorales.
En nuestro País, las cosas no van bien, igualmente lo que se prometió, no se cumplimenta y, la soberbia asoma en el poder de la Cuarta Transformación para dar paso al autoritarismo y aquella postura que celebramos, de humildad en la inclusión y tolerancia, empieza a desaparecer.
Las visiones personales, en un un País como el nuestro, multicultural , no sirven, no ayudan. El mundo entero está dominado por menos del 1 % de la población y ello, empieza a ser mucho más notorio y visible . Mexico, nuestro Pueblo, ha sufrido mucho y, lo sigue haciendo. Más vale que la preocupación por los que menos tienen, sea verdadera y demostrable en la brevedad.
Las desgracias, el desorden, el incumplimiento de la ley, los atropellos a la población, los asaltos, las violaciones, los feminicidios, las manifestaciones violentas en contra de las personas y su patrimonio, los robos, las muertes violentas, etc,etc. todo ello y mucho más, sin castigo, abona certeramente a la impunidad.
@jaimechalita
