Los esfuerzos que hacen los organizadores para la realización del homenaje que se ofrecerá en honor del ex alcalde de Ciudad Valles, Antonio Esper Bujaidar se los hubieran ahorrado si el personaje hubiera aceptado la propuesta de que el reconocimiento se circunscribiera a la imposición de su nombre al principal bulevar que cruza la cabecera municipal vállense, quien en un destacado gesto de humildad rechazó con un: “ no, no hagan eso el nombre que siempre ha tenido está bien”, lo que siempre ha hecho aún y cuando han pretendido poner su nombre a escuelas o calles de la periferia vállense.
Sin embargo, lo que voluntariamente Esper rechazó no fue una línea que gobernantes y alcaldes hayan seguido de hace varios años a la fecha pues generalmente la imposición de su nombre a centros educativos o vialidades buscaban rendir culto a su personalidad, ya sea promovido por sí o adulación excesiva de sus incondicionales, lo que se refleja en que grandes obras o avenidas lleven nombres de gobernantes de diversos niveles como puede verse en los que llevan dos importantes unidades deportivas de la capital potosina como son la “Adolfo López Mateos” y la que está por el oriente de la ciudad,” José López Portillo” así como las numerosas escuelas primarias y secundarias que llevan el nombre del profesor Carlos Jonguitud Barrios luego de detonar el desarrollo educativo en SLP cuyo nombre también se impuso al parque Tangamanga 1 por parte de un decreto del entonces gobernador Horacio Sánchez Unzueta luego de una negociación entre él y el que era líder del congreso del estado Miguel Ángel Martínez Navarro a cambio de la aprobación de la ley de amnistía que permitió la liberación del hoy senador morenista Primo Dothé Mata encarcelado por esa época al haber liberado a los presos de Tamazunchale con metralleta en mano.
Vale recordar que los cultos a la personalidad en este sentido trató de contenerlos en su tiempo el presidente Miguel De la Madrid mediante un decreto en el que prohibía poner los nombres de presidentes y gobernantes a obras oficiales lo que aquí trató de saltarse Florencio Salazar Martínez nombrando así al auditorio del parque Tangamanga 2 aunque, alertado de esa anomalía, optó por cambiarlo por el de “Renovación Moral”, slogan de campaña de MMH.
Pero, no obstante dicha prohibición no fue impedimento para que en esta ciudad se llamara a importantes avenidas con el nombre de destacados alcaldes como la avenida Salvador Nava o el de gobernantes como Antonio Rocha y la avenida que hace poco tiempo se llamaba avenida San Pedro pero que por un culto a la personalidad se cambió por el del ex alcalde soledense Ricardo Gallardo Cardona lo que en un acto de conciencia llevó al pollo menor a recapacitar y solicitar al cabildo de Soledad que le devolvieran su nombre original a esa vialidad, lo que no quita que así como don Toño Esper será homenajeado hay gente que pretende hacer lo propio con otros personajes que han aportado algo valioso a SLP.
