Las autoridades de Ruanda liberaron hoy a un primer grupo de un total de 52 mujeres amnistiadas por el presidente del país, Paul Kagame, tras haber sido condenadas por infanticidio al abortar o haber participado en un aborto.
En declaraciones a Efe desde Kigali, el portavoz de prisiones, Sengabo Hillary, aseguró que algunas de estas mujeres ya habían sido liberadas desde diferentes prisiones del país mientras que las restantes lo sería mañana.
"Las indultadas se encuentran en el rango de edad de los 18 a los 50 años y ya habían cumplido dos tercios de sus penas en prisión", añadió Hillary.
Esta amnistía, anunciada por Kagame el pasado 10 de octubre, se produce después de que en agosto de 2018 el Gobierno de Ruanda revisara su código penal, que anteriormente imponía sentencias de prisión a cualquier persona que tuviera un aborto o ayudara a otra a interrumpir un embarazo.
"De conformidad con los poderes que le confieren las leyes ... el presidente de la República informó en la reunión del Gabinete que había ejercido su prerrogativa de misericordia y perdonado a 52 personas condenadas por los delitos de aborto e infanticidio", anunció la Presidencia el jueves pasado en un comunicado.
En la nueva ley revisada el aborto pasa a estar permitido en casos especiales como violación, matrimonio forzado, incesto o casos en los que el embarazo represente un riesgo para la salud de la madre o el feto.
En declaraciones al medio local The New Times, el ministro de Justicia y fiscal general, Johnston Busingye, explicó que mediante este gesto de misericordia Kagame busca dar a estas mujeres una segunda oportunidad.
"Estas son chicas muy jóvenes que, bajo diversas condiciones de mucho estrés, cometieron aborto e infanticidio. Y al presidente le parece oportuno darles una segunda oportunidad", detalló el viernes Busingye.
"Fueron condenadas por unos delitos en relación a los cuales la Constitución (de Ruanda) permite que el presidente otorgue misericordia", sentenció el ministro.
La revisión del código penal eliminó el requisito a la hora de abortar de obtener una autorización judicial y la firma de dos médicos, pero todavía obliga a que sea un médico quien realice el aborto.
Esto prohíbe que otros profesionales de la salud menos costosos y presentes en áreas rurales como parteras o enfermeras puedan hacerlo, lo que junto al fuerte estigma social y religioso provoca que todavía muchas mujeres arriesguen sus vidas en aborto inseguros.
Según los últimos datos publicados en 2012 por el Instituto de investigación Guttmacher, al año tienen lugar unos 60.000 abortos en Ruanda, al menos la mitad de ellos considerados de alto riesgo al ser perpetrados por personas no capacitadas.
Se estima que el 34 % de los abortos son proporcionados por curanderos tradicionales mientras que un 17 % son inducidos por las propias embarazadas.
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