El miedo recorre las calles de San Luis

Crece el miedo en las calles potosinas

Caminar por las calles de cualquier colonia en San Luis Potosí capital después de que se oculta el sol podría calificarse ya como deporte extremo debido al creciente número de pandillas que con diferentes motivaciones se agrupan, pero los ciudadanos no tienen idea de cuándo están ante un grupo violento o solo ante narcomenudistas.

Porque todo es posible ahora que los jóvenes potosinos decidieron hacer alianzas con migrantes indocumentados que, en muchas ocasiones, ya vienen perfectamente entrenados en estas artes.

Estas agrupaciones siembran terror en sus territorios, si no por sus actos violentos, sí por el número de miembros activos y sus extrañas manifestaciones de lealtad que puedes desatarse cual tormenta de verano a la menor provocación.

Desconocimiento agrava el temor

Una de las situaciones que más contribuye a la percepción de inseguridad de los potosinos, según han manifestado a PLANO INFORMATIVO los usuarios de las redes sociales, es precisamente la presencia de grupos pandilleriles a lo largo y ancho del territorio tunero.

Y si esto por sí solo es malo, acompañado por la falta de información veraz sobre la cantidad de pandillas, y las cifras inciertas sobre la cantidad de grupos que asolan la capital, el coctel de inseguridad se completa convirtiendo las calles capitalinas en terreno minado, sin distinción alguna.

Dice El Mijis que son 1000 pandillas

En la capital potosina y su zona metropolitana operan alrededor de mil grupos pandilleriles, según el diputado Pedro César Carrizales Becerra El Mijis, quien aseguró que la edad de sus integrantes varía de los 8 hasta los 40 años.

Y le creemos ¿Por qué? Porque esos son los temas que domina. Porque de ahí proviene. Porque son sus amigos, compañeros o enemigos. Él sabe de lo que está hablando cuando señala la cantidad y sus actividades.

¿Por qué entonces las autoridades municipales no saben que hay el doble de lo que ellos tienen registrado?

Diferentes modus operandi

Para completar el mapa de terror, el coordinador de la carrera de Criminología de la UASLP, Luis Alberto Osornio Saldivar, considera que "cada pandilla tiene un modus operandi y una estructura diferente, por ejemplo, hay unas pandillas que se dedican al narcomenudeo y otras a delinquir en automóviles y en casa habitación. Unas se encuentran dominando en sus colonias y otras se mueven a zonas opulentas de la ciudad para cometer los ilícitos".

Sector oriente, el más peligroso

Osornio Saldivar advirtió que "el cuadrante del rastro municipal, todo el sector oriente de la urbe, Ciudad 2000, El Aguaje, San Felipe, son zonas donde el pandillerismo se ha convertido en una cultura de pertenencia, donde estos grupos dictan como se van moviendo las colonias.

Sin embargo considera que "si se conociera el perfil del núcleo delictivo de cada cuadrante, se podrían generar estrategias específicas de inclusión laboral y social, para ir desarticulando estos grupos delincuenciales, declaró el catedrático y a su vez reconoció que el trabajo tomaría varios años y sería muy complicado".

Hay mucho trabajo social por hacer

El catedrático universitario consideró que se tiene que hacer mucho trabajo social a pie, reactivar lugares deportivos, disminuir las licencias para alcoholes, procurar a través de las áreas de investigación ministerial, reducir la incidencia de los puntos de narcomenudeo.

“Tenemos que hacer una forma estadística de la incidencia de las pandillas, no nada más por decir pandilla, es agresiva, hay unas que se dedican directamente al ámbito delincuencial violento, hay otras que no lo tienen, pero sí se tiene que hacer una detección, si tenemos 400 pandillas, hacer un análisis estadístico y diferenciarlas, clasificarlas, atender los grados de pertenencia que tienen, si sabemos que los niños van incluyéndose a los 12 años a una pandilla, como tratar de romper esos lazos de afiliación entre las pandillas violentas, cuales son los factores que llevaron a estos niños a incluirse, que se formaron como adolescentes y que ya son adultos violentos”.