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moda y belleza

El trench coat es el único abrigo que puede faltar en el clóset de un hombre

Agencia | 10/10/2019 | 00:31

Una de las prendas de abrigo más icónicas y atemporales en el armario masculino -y en toda la historia de la moda- es el trench coat o gabardina, como se la conoce en Hispanoamérica. Su posición privilegiada en el fondo de armario universal se lo ha ganado gracias a su funcionalidad, pero también a su evolución en cuestión de materiales y diseño desde su concepción. Esta patente se le atribuye a Thomas Burberry: un armador de caballeros inglés que creó el primer modelo de este abrigo impermeable a finales de 1800 con fines meramente militares.

 

El nacimiento del trench coat nos remonta y hace viajar a Hampshire, Inglaterra. El señor Burberry para 1879 había revolucionado los tejidos de la época al construir un textil que se adaptaba, perfectamente, a las condiciones climatológicas del Reino Unido. Una tela impermeable, pero, al mismo tiempo, transpirable. No obstante, no fue hasta principios de 1900, en vísperas de la Primera Guerra Mundial, cuando Thomas Burberry propuso su innovación textil al ejército británico para producir los primeros “abrigos de trinchera”. El resultado fue una pieza fabricada con algodón premium de Egipto y un tratamiento que permitía una impermeabilidad excepcional, un peso bastante ligero comparado con los uniformes militares de la época y una textura que hacía romper el viento. Bajo esta historia, la patente se convirtió en pieza de éxito, mismo que llevó a la etiqueta “Burberry” a ser un referente de la moda global y una de las firmas de lujo más importantes.

 

Para los años posteriores a la Primera Guerra Mundial, la prenda se volvió alusiva al buen vestir y, además, tan útil contra la lluvia que comenzó a usarse como el complemento sobre los trajes. Para los años cuarenta, el combo de pantalón, saco y trench coat era sinónimo de elegancia masculina. Y así, el viaje evolutivo continuó. La gabardina -como se le conoce en México- ha pasado de generación en generación respetando sus códigos originales y solo se ha permitido reinterpretarse a través de renovaciones de estilo y tecnológicas, porque la premisa de ser un objeto impermeable sigue arraigada.

 

La importancia, en 2019, de tener un trench coat de calidad dentro de cualquier armario se basa en su función, tradición y estilo. El color camel (aunque existen posibilidades estilísticas y cromáticas infinitas) es un clásico del otoño, tan básico y combinable que resulta imposible no caer rendido ante uno. Es por ello que un buen trench coat debe estar ligado de manera directa a ciertos preceptos y conocerlos hará de tu compra una inversión duradera.

 

Diseño original

El diseño original de la prenda te asegurará una vigencia perpetua. De color camel, corte cruzado, botonadura doble y largo hasta la rodilla, la gabardina, además, posee un cinturón adherido a la misma pieza. Opta por un forma que respete su anatomía original para que puedas usarla desde looks básicos con suéteres de punto ligero + jeans o sobre cualquier traje para ir a la oficina durante el invierno.

 

Los materiales

Su principal función es protegernos de las lluvias de la temporada, protegernos del viento gélido y cubrir a las prendas inferiores de la nieve -en zonas donde el invierno está muy marcado- Un buen trench coat conserva esta habilidad por medio de tejidos con membranas que repelen al agua. Una protección de la lluvia que te mantendrá a salvo.

 

Elige bien tu talla

Al tratarse de una prenda con vigencia extensa, es importante elegir la talla correcta. Siempre toma como punto de partida que las costuras de los hombros coincidan con el hueso “acromion” (el huesito del hombro) El largo del trench puede corregirse, pero el tamaño de las sisas no.