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El 97% de los casos de Cáncer de tiroides tiene posibilidades de curación

Agencia | 26/09/2019 | 22:51

El cáncer de tiroides es un tumor que afecta a la glándula tiroides, encargada de almacenar y liberar hormonas en la sangre y responsable de funciones básicas de órganos como el corazón, el hígado y el cerebro. En los últimos años, en parte debido a que los controles son cada vez más precisos y permiten una detección temprana, se registró un aumento de esta patología que detectada a tiempo puede curarse totalmente en la mayoría de los casos.

 

Cada 24 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Tiroides, momento ideal para concientizar sobre la importancia de los chequeos para lograr una detección temprana.

 

"La tiroides es una glándula endocrina que se encuentra en la base del cuello por delante de la laringe (por debajo de la nuez de Adán) y está formada por dos lóbulos unidos en la línea media. Mediante la secreción de hormonas a la sangre es la encargada de regular el metabolismo corporal siendo fundamental para el correcto funcionamiento de todo el organismo". El médico especialista en oncología quirúrgica Eduardo Ignacio Uhrlandt (MN 103894) explicó que "el cáncer de tiroides es un crecimiento anormal y no controlado de un grupo de células tiroideas las cuales forman nódulos dentro de la glándula".

 

Cada 24 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Tiroides

 

Según detalló el miembro de la Asociación Argentina de Cirugía (MAAC) y médico de planta de la División Cirugía Oncológica del Hospital de Clínicas, "si el crecimiento de estos nódulos es continuo aparece la posibilidad de extenderse a órganos vecinos (al músculo, cartílago laríngeo o traqueal) y eventualmente puede diseminarse (a los ganglios del cuello). No obstante, el cáncer de tiroides tiene un excelente pronóstico debido a que es poco frecuente la diseminación hacia órganos distantes (metástasis a distancia)".

 

Sobre quiénes pueden padecerlo, el especialista señaló que "si bien en la mayoría de los casos aparece en pacientes sin antecedentes, la historia previa de radiación en la región del cuello, la edad mayor a 40 años y el antecedente familiar de cáncer de tiroides aumenta la posibilidad de padecerlo".

 

"Es importante aclarar que la exposición a rayos X en forma rutinaria para el estudio de piezas dentarias, radiografía de tórax o mamografías no aumenta el riesgo de cáncer de tiroides", sostuvo Uhrlandt, quien detalló entre los síntomas más habituales para el diagnóstico "la aparición de un bulto mediante observación o palpación ya sea por el propio paciente o por su médico durante un examen de rutina". "Hay que aclarar que en condiciones normales la tiroides no se palpa o es de difícil palpación por eso suele llamar la atención alguna proliferación fuera de lo normal", agregó.

 

También, con el uso extendido de los métodos por imágenes (ecografía, tomografía computada y resonancia magnética nuclear) muchas veces se descubre como un hallazgo al estudiar la propia glándula u otros órganos del cuello.

 

Si bien los nódulos tiroideos son muy frecuentes, sólo uno de cada diez terminan siendo diagnosticados como cáncer de tiroides

"En casos de tumores de mayor tamaño y dependiendo de la ubicación del mismo pueden aparecer dificultades al tragar, dificultad para respirar o cambios en la voz (todos estos síntomas son menos frecuentes)", amplió.

 

Si bien los nódulos tiroideos son muy frecuentes, sólo uno de cada diez terminan siendo diagnosticados como cáncer de tiroides (y tres de cada cuatro casos ocurren en mujeres). "Si luego de un estudio ecográfico detallado no es posible descartar malignidad, entonces el paciente podrá realizarse una punción de ese nódulo que se tiene sospecha -explicó el especialista-. Este procedimiento se realiza en forma ambulatoria y permite obtener material que será estudiado por un patólogo, que será quien confirma la presencia de nódulo maligno, o no".

 

La importancia de realizar un tratamiento diferenciado

Hace no tantos años, todos los pacientes con cáncer de tiroides recibían el mismo tratamiento: se realizaba la tiroidectomía total, posteriormente la ablación con radioyodo, y a lo largo de su seguimiento se realizaban múltiples estudios (ecografías, análisis sanguíneos, rastreos corporales totales, etc).

 

"Hoy en día el objetivo es realizar un tratamiento individualizado. Definiendo y estratificando a cada paciente según su riesgo de persistir con la enfermedad. Éste depende de datos clínicos e histopatológicos, por los cuales se los clasifica en bajo, intermedio o alto riesgo", destacó la médica endocrinóloga María Gilligan (MN 115740).

 

La incidencia del cáncer de tiroides aumentó significativamente en las últimas tres décadas, en todo el mundo

 

La especialista de Halitus Instituto Médico explicó que "una vez definido el riesgo, se elige a los pacientes que se van a beneficiar con una dosis de yodo radiactivo. Por ejemplo, según la ATA (American Thyroid Association), no se recomienda dar yodo a los pacientes de muy bajo riesgo de recurrencia".

 

Así como el seguimiento en el cáncer de tiroides cambió en los últimos años, también es de destacar los cambios preocupantes que se están produciendo en su epidemiología. La profesora de la Universidad de California Julie Sosa evidenció que la incidencia "aumentó significativamente en las últimas tres décadas, en todo el mundo". "Antes, se justificaba éste aumento por un sobrediagnóstico, dado la cantidad de ecografías que se realizan y la mayor sensibilidad de la misma. Además, se creía que, a pesar del aumento en el diagnóstico, la mortalidad se mantenía estable. Sin embargo, con últimos estudios se vio que la mortalidad también está en aumento. Esto indica que el comportamiento de estos tumores, estaría cambiando. Se postula que existe una explicación ambiental, dada la mayor exposición a radiaciones, pero también la obesidad podría ser responsable de ese aumento", precisó Gilligan.