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moda y belleza

El gran error de prestar tus cosméticos

Agencias | 25/09/2019 | 00:09

Prestar tus cosméticos parece ser una práctica muy común entre amigas, hermanas, compañeras de trabajo, etc., sin embargo, aunque parece algo inofensivo, ¿te has puesto a pensar que representa un riesgo? Después de leer esto comprenderás por qué es un gran error y no lo volverás a hacer.

 

El error de prestar tu maquillaje

Platicando con expertos del programa Belleza y Bienestar de CANIPEC (Cámara Nacional de la Industria de Productos Cosméticos), me explicaron que cuando prestamos o nos prestan maquillaje, estamos expuestos a una contaminación cruzada de gérmenes.

 

Los bichos y la suciedad  pueden provenir de las manos y la cara de la otra persona. Ahora súmale tus propios gérmenes. Es por eso que dermatólogos de la CANIPEC me compartieron los siguientes tips.

 

Razones para NO prestar tus cosméticos NUNCA y tips para evitar irritaciones

 

El intercambio de bacterias hace que salgan granitos

Los productos cosméticos generalmente contienen ingredientes conservadores que les permiten mantenerse sin microorganismos, sin embargo todas las personas tendemos a llevar microorganismos y bacterias en nuestra piel, por tal motivo el compartir el maquillaje sin medios adecuados, como el usar nuestros propios utensilios  como brochas o aplicadores desechables, puede detonar algún tipo de irritación o granitos (tipo barros o espinillas por cúmulo de grasa), derivado de este intercambio de bacterias y suciedad.

 

Solo debes usarlos tú y también hay que lavarlos

 Las esponjas o aplicadores de maquillaje únicamente deben ser usados por una sola persona, y se deben de lavar cada semana o como mínimo dos veces al mes. Ya que su uso diario y el traerlo dentro de tu bolsa ayuda a la conservación y generación de muchas bacterias, por ello no debemos prestarlo y de preferencia darle el mantenimiento adecuado o bien desecharlo constantemente.

 

Si compartes tu lipstick te puede salir un fuego labial

Evita compartir labiales, ya que corres un alto riesgo de contagiarte de un fuego labial o de herpes, este virus provoca erupciones que permanecen con las personas toda la vida. Por lo tanto, el contagio puede ocurrir, aunque no existan lesiones visibles.

 

Si compartes maquillaje, al menos usa tu propio aplicador

Si por alguna emergencia llega a ser necesario que alguien te preste maquillaje, o vas a una estética para que te maquillen, asegúrate de utilizar algún otro aplicador o de ser posible tus propias brochas (o al menos unas limpias).

 

Después de prestarlos, lávalos en cuanto puedas

Evita compartir tus utensilios de belleza, pero si los llegas a compartir (lo que no es recomendable), sé más riguroso en el proceso y límpialos en cuanto puedas. No dejes pasar mucho tiempo sin darles mantenimiento, el limpiar adecuadamente tus brochas y aplicadores reducirá el riesgo de dermatitis o alguna alteración en tu piel. 

 

Revisa que tu maquillaje no esté caduco

Revisa siempre que cualquier producto que vayas a aplicar en tu piel no esté caduco, pues puede no brindarte los efectos deseados y causarte irritación. A mí me pasó, literalmente se me resecó la piel de los párpados (parecía quemada), por usar un preparador de sombras caduco. En el caso de los cosméticos, si sus características originales cambian, por ejemplo, el olor, color, densidad, integridad, etc. NO LOS USES. ¡Recuerda el tiempo de uso!

 

Renueva tus cosméticos

Lo viví en carne propia, los cosméticos NO SON ETERNOS. Recuerda renovar tus productos conforme vayan caducando y elige marcas y empresas dentro del mercado formal que están comprometidas con tu salud y tu bienestar, así cuidarás mejor de tu belleza.

 

Si te causa molestia, ¡suspende su uso!

Otro problema que viví  muy de cerca y que recomiendo que pongas atención. Cualquier cosa que uses, ya sea crema, cosméticos, pinturas, etc., no debe causarte ningún tipo de molestia. Si sientes ardor, por ligero que sea, retira de inmediato y suspende su uso. Me pasó que una base de maquillaje me estaba irritando, pero como era nueva, no quería desperdiciarla. Pues, qué crees, ¡era alérgica justo a los compuestos de ese producto! y no sabes cómo sufrió mi piel.