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Los microplásticos se encuentran aparentemente en todos lados, incluso en el gélido Ártico

Agencias | 15/09/2019 | 00:52

Una nueva investigación encontró microplásticos en nieve del ártico en cantidades que sorprenden a los científicos. Por Rodrigo Pérez Ortega

 

(Vía Inside Science) Los desperdicios plásticos hechos por el hombre están por doquier. Son abundantes en el océano. Se hallan en la tierra y en los ríos. Y ahora, también están presentes en la nieve de territorios lejanos.

 

Aunque las botellas y bolsas plásticas pueden viajar lejos y provocar daños ambientales, son los microplásticos –pequeñas partículas plásticas, a veces demasiado diminutas como para verse a simple vista– los que están invadiendo cada esquina del planeta.

 

La bióloga marina Melanie Bergmann del Instituto Alfred Wegener, en Alemania, comenzó a percatarse de un alarmante incremento de plástico y otros contaminantes en el fondo marino del Océano Ártico hace una década. Desde entonces, ella y su equipo encontraron que la cantidad de microplásticos en el fondo del Ártico había incrementado 23 veces en 12 años.

 

Desde entonces una pregunta ha permanecido en su mente: ¿cómo es que estos microplásticos han conseguido llegar tan al norte? Para responderla enfocó su atención a la nieve.

 

La nieve puede atrapar partículas de la atmósfera mientras se forma, así, los microplásticos en la nieve pueden indicar que provienen del material que es arrastrado por el viento.

 

Bergmann y su equipo recolectaron nieve de capas de hielo flotante del estrecho de Fram –un pasaje entre Groenlandia y el archipiélago Svalbard, en el océano Glacial Ártico– durante expediciones polares de 2015 a 2017. Para compararla, también recolectaron nieve fresca en los Alpes y áreas urbanas en Europa. En el laboratorio, descongelaron las muestras, filtraron el agua y estudiaron el tamaño y materiales usando una técnica de imagen de alta precisión.

 

Los científicos encontraron microplásticos más pequeños que 100 micras (µm) en todas menos una de las 22 muestras de un litro. La nieve cercana a lugares urbanizados o carreteras contenían el número más alto de partículas de microplásticos (154,137 en una muestra de los Alpes Baváricos), pero las muestras del Ártico también contenían una cantidad significativa de ellos (tan alta como 14,400 en una). Aunque Bergmann esperaba encontrar algunos microplásticos en la nieve del Ártico, “no esperaba números tan altos,” comentó.

 

Otros científicos también han encontrado microplásticos en el aire de ciudades como India, China y Francia y en la cordillera de los Pirineos Franceses. Otros estudios han hallado que otras partículas, tales como el polen, pueden llegar al Ártico a través del aire. Por ello, tiene sentido que los microplásticos que Bergmann y su equipo encontraron fuesen transportados hacia el norte por medio de las corrientes de viento. “Estoy segura de que vienen de la atmósfera,” dijo.

 

El nuevo estudio se suma a la creciente evidencia de que los microplásticos son ubicuos (es decir, que están presentes en muchos lugares al mismo tiempo), lo que «me entristece,» refiere Bergmann. Ella sostiene que se necesita hacer mucha más investigación para entender los efectos de los contaminantes en la vida silvestre, en nuestra comida y en nuestra salud.

 

“Me pregunto porqué la gente no se preocupa,” dice. “Aquí es donde vivimos.”

 

Los científicos describieron sus hallazgos en un estudio publicado en línea en la revista científica Science Advances en agosto pasado.