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En el aniversario de la Influenza, el recuento de los daños.

Por: Mayra Tristán.
Plano Informativo | 21/04/2010 |

En el mes de mayo se podría replantear levantar la alerta contra la influenza AH1N1 por parte de la Secretaría de Salud del gobierno federal, esto de acuerdo al titular de la dependencia, José Ángel Córdova Villalobos; dicha información fue dada a conocer a un año de que surgió en México este nuevo virus que vino a causar pánico entre la población a nivel mundial.

En abril de 2009, surgió en el país, un nuevo tipo de influenza, que consiste en una enfermedad respiratoria que se presenta con cuadros de temperatura por arriba de los 36 grados. Esta enfermedad fue denominada en un principio, influenza o gripe porcina y se concentró en el Distrito Federal, el Estado de México y San Luis Potosí.

Ante ello, las autoridades del sector salud comenzaron a difundir una serie de recomendaciones para prevenir el contagio; de esta manera, el lavado constante de manos, evitar saludar de beso o de mano, cubrirse con el codo al estornudar, no acudir a eventos multitudinarios y el uso de cubrebocas, se convirtieron en las frases más vistas y comentadas entre la población.

Para el 23 de abril, la Secretaría de Salud a nivel federal, informó de la muerte de 4 personas en San Luis Potosí a causa de este tipo de influenza, situación que el entonces Secretario de Salud en el estado, Juan Sánchez Ramos, calificó como “declaraciones temerarias” al no estar comprobada la causa de la muerte; un día después, fue la Organización Mundial de la Salud la siguiente en mencionar al estado como una de las zonas afectadas por esta enfermedad.

Fue el 26 de abril, con un registro de mil 324 probables casos de influenza en el país, cuando la Secretaría de Salud declaró la suspensión total de actividades públicas, señalando el 6 de mayo como fecha probable de reapertura. En ese entonces eran ya 15 estados los que reportaban la presencia de posibles casos de influenza. En San Luis Potosí existían 62 pacientes bajo observación por posible contagio de influenza.
Ante la alerta sanitaria surgió el pánico entre la población y las calles quedaron vacías, las pocas personas que se veía circulando usaban cubrebocas. Entonces, como suele suceder, los productos comenzaron a escasear y los expendios subieron al doble su precio; los cubrebocas y medicamentos como el Tamiflu y el Navirol, que eran recomendados para tratar la influenza, comenzaron a escasear en las farmacias. El temor incluso llevó a que cayeran las ventas de carne de cerdo.

Llegó el mes de mayo y el momento ansiado por los que participarían como candidatos a diferentes cargos de elección, en San Luis Potosí se disputaban legislaturas locales y federales además de la gubernatura del estado. El inicio de las campañas electorales se vio desangelado, la población aún se mantenía alerta ante la contingencia sanitaria. De esta forma los souvenirs tradicionales fueron sustituidos por cubrebocas y panfletos con las recomendaciones de higiene emitidas por la Secretaría de Salud.

En ese mismo mes se anunció que San Luis Potosí había adquirido el equipo científico necesario para realizar las pruebas de detección de influenza AH1N1 en el Laboratorio Estatal, por lo que las muestras ya no tendrían que ser enviadas a la Ciudad de México; uno de los reclamos ciudadanos era que el diagnóstico se recibía una semana después, aunque el Sector Salud indicó que los antivirales se estaban aplicando a todos los casos sospechosos por lo que la demora no era relevante.

Ante el pánico de la población, la discriminación no se hizo esperar; estudiantes que habían sufrido la influenza eran segregados por sus compañeros y con los filtros escolares los profesores regresaban a su casa a cualquier alumno con síntomas de gripe; por su parte, los paisanos radicados en Estados Unidos eran constantemente revisados e incluso fumigados.

Mientras en México parecía estabilizarse la influenza, los casos se incrementaban en el resto del mundo, de tal manera que la OMS registraba cerca de 30 mil personas contagiadas en 74 países, por lo que el 11 de junio la Organización Mundial de la Salud declaró pandemia mundial de influenza AH1N1.

A finales del mes de julio, se vivió el rebrote de la influenza AH1N1 en el país y la Secretaría de Salud del estado reconoció que se le estaba apostando a la prevención debido a que San Luis Potosí no contaba con la infraestructura necesaria para atender los casos que pudieran presentarse si se daba un rebrote generalizado.

Para entonces, ya se había desarrollado una vacuna contra la influenza AH1N1, la manejaban laboratorios europeos y chinos; el gobierno federal anunció la compra de 20 millones de dosis y la gestión de 10 millones más, cuyo precio oscila entre los 3 y 4 euros por vacuna. Se dudó de la calidad de las vacunas chinas, y todas las dosis adquiridas por el gobierno mexicano fueron europeas.

En el mes de septiembre, se decretó el segundo cierre de escuelas debido al rebrote de influenza, en los municipios de Ciudad Valles y Tamazunchale, que eran los principales afectados, se suspendieron actividades en más de mil instituciones educativas. Los contagios se atribuyeron a la movilidad de población entre Tamaulipas y San Luis.

Aunque ya habían disminuido las medidas preventivas entre la población, los hospitales de los diferentes centros de salud registraron un incremento de hasta 50% en el número de consultas; las medidas difundidas para mitigar los contagios, también derivaron en una disminución en la presencia de otras enfermedades como las gastrointestinales.

El 26 de noviembre San Luis Potosí ya ocupaba el segundo lugar a nivel nacional en casos de influenza, llegaron al estado las primeras vacunas contra la influenza AH1N1 y ese mismo día inició su aplicación. Se anunció que se recibiría un total de 548 mil dosis que se aplicarían por etapas, comenzando con el personal del sector salud, mujeres embarazadas debido a que tienen 7 veces más la posibilidad de contraer la enfermedad, y finalmente a personas con enfermedades crónico degenerativas.

A decir del actual Secretario de Salud, Alejandro Perea Sánchez, la aplicación de vacunas concluiría en el mes de marzo de 2010, pero debido al escepticismo frente a la enfermedad y a las dudas generadas en cuanto a la calidad de las vacunas, no se cumplió al meta; y es que cuando comenzó la aplicación de vacunas a nivel mundial, se registraron defunciones debido a la reacción que causó el biológico, ante esto, las autoridades mexicanas han reiterado en numerosas ocasiones que las dosis adquiridas son confiables y no han causado daños a la salud.

También en el mes de marzo, se anunció que el sector salud en el estado tiene a su disposición un tratamiento intravenoso para aplicar a pacientes graves, aunque hasta la fecha no se ha requerido su aplicación, esto porque mientras durante el brote inicial se llegaron a presentar hasta 300 casos en una semana, actualmente se está registrando un promedio de 4 pacientes. En el mes de enero se inició un nuevo conteo y hasta abril se han registrado poco más de 150 casos y 10 defunciones, contra 48 decesos en 2009.

A nivel nacional, la Secretaría de Salud reporta la aplicación de más de 21 millones de vacunas, lo que significa un 80% de los 30 millones que adquirió el gobierno federal; por su parte, San Luis Potosí ya recibió el total de dosis que le fueron asignadas y se seguirá aplicando el biológico hasta que se agote, por lo que los grupos de riesgo pueden acudir al centro de salud para recibir la vacuna.
La influenza AH1N1 formará parte del cuadro de enfermedades por lo que es importante mantener las medidas de higiene recomendadas y acudir al médico en caso de presentar los síntomas.