“A mis colores, yo los voy a defender. Cuenta conmigo, siempre te voy a querer”, rezaba el himno del Club San Luis, un canto con el que muchos crecimos viendo a aquellos ídolos que dejaron su impronta en la historia del futbol potosino entre buenos y malos momentos.
"Dar todo siempre, juntos vamos a ganar. Noble y valiente, yo soy de San Luis Potosí”. Un lleno total para soñar con otra noche histórica, para honrar a Nery Castillo, a Marcelo de Faria, Ariel González y demás estrellas que se dejaron el alma en cada partido. Ya sea el Ascenso, la Salvación o el pase a la liguilla, la afición potosina ha aprendido a sufrir y noche del 5 de mayo del 2019, marcaba el momento de todo o nada.
Eran seis años de espera para regresar al sitio del que San Luis nunca debió irse, esta vez con una idea distinta, con colores distintos e ídolos con un perfil más bajo, pero no por ello menos identificados. La tensión marcaba el ambiente, la moneda en el aire llenaba de nerviosismo los rostros de aquellos que entraron al estadio con la confianza a flor de piel.
Porque San Luis ha aprendido a sufrir, las emociones que se palpitaban hacían revivir el recuerdo de aquella noche de 2004 cuando un gol de Mario Méndez condenaba al descenso al cuadro de Reinoso que supo regresar como el ‘ave fénix’.
Aprender del dolor, defender tus colores y dar todo siempre, la moraleja del viejo himno que nos enamoró a muchos. Atlético de San Luis demostró esta noche que el legado de sus antecesores sigue presente y que aquellos fieles “junto a su equipo han de luchar”.
Recordar aquella frase, para nunca dejar de creer; "Algo me anima, tengo el alma potosina”. Grítalo San Luis, ¡Estamos de regreso!
