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Mauricio Kleiff, apostador compulsivo que hizo llorar de risa al país

El Universal | 25/03/2010 |


Creador de personajes inolvidables de El show de Los Polivoces como “Agallón Mafafas”, “El Mostachón”, “Andobas”, “El Washandwear” y “Gordolfo Gelatino”, entre otros, Mauricio Kleiff tuvo dos pasiones: escribir guiones de comedia y apostar.

Nacido el 14 de marzo de 1931 en la ciudad de México, tuvo que trabajar desde temprana edad tras la muerte de su padre. Se dedicó a la venta de seguros y joyas, actividad en la que tuvo mucho éxito, pero varias veces perdió todo su capital en el juego. Él mismo lo platicaba: “Muchas veces vendí joyas a mitad de precio con tal de irme a apostar al hipódromo. Llegué a deber mucho dinero. Un día me mandaron a los agentes judiciales para detenerme; me persiguieron en un jeep y se volcaron. Fue cuando me tuve que esconder un buen tiempo. Alguna vez, Emilio Azcárraga Milmo me regaló un millón de pesos para pagar mis deudas de juego”.

Con sentido del humor, decía: “Un día fui a la tumba de mi mamá a jurarle que no volvería a apostar, pero luego volví y le pedí permiso para jugar otra vez. Heredé de mi papá ese vicio. En 1980 me dio un infarto, pero jugaba desde el hospital. Llegaba el muchachito que me traía noticias y mis aparatos empezaban a sonar diferente con la emoción. Me decía: ‘perdió señor’ o ‘ganó señor’. En diciembre de 1981 me di cuanta que si seguía jugando me iba a morir joven. No tenía trabajo, ni mujer, ni perro que me ladrara. Entonces lo dejé”.

Mientras se escondía de sus acreedores en unos bungalows de San Ángel, Kleiff conoció a un empresario que le propuso escribir guiones para TV Musical Ossart, donde trabajaban “El Loco” Valdés, Sergio Ramos, Memo Rivas y Héctor Lechuga. Antes ya había hecho textos para Héctor Suárez en Telesistema Mexicano (hoy Televisa).

El personaje de “Gordolfo Gelatino” lo creó a partir de la relación edípica que tenía Mauricio Garcés con su madre. “El Washandwear” surgió a partir de un cuidador de coches del teatro Blanquita, quien tenía una voz normal, pero cuando lo hacían enojar se le transformaba en una muy tipluda. “El Mostachón” lo inspiró un primo con el cual trabajaba, quien en vez de pagarle su aguinaldo le decía: “A ti no te toca porque la empresa no es mía, es de los dos”. “El Washandwear” lavaba los coches y “Mostachón” cobrara, sin darle al otro su comisión.

Su encuentro con Los Polivoces lo recordaba así: “Cuando conocí a Enrique Cuenca y Eduardo Manzano, ellos ya tenían en su programa varias rutinas. Fue en 1965 y yo trabajaba para un programa de Silvia Pinal, Sorpresas Coty. Una vez invitamos a Los Polivoces y les gustó lo que hicimos. A la semana me buscaron para preguntar si les quería escribir a ellos. A mí me encantaba su programa, les veía un potencial enorme.

Me dijeron que sólo había mil pesos para mí. Yo empezaba y me pareció muy bien. Aquella fue una labor de equipo, ellos me daban ideas y yo las desarrollaba. Se caracterizaban y hacían voces conocidas, pues eran buenos imitadores. “Agallón Mafafas” era Pedro Armendariz, “Mostachón” era Beto “El Boticario” y “Andobas” era “Borolas”. La voz del “Washandwear” era “Shilinsky”.

Kleiff también escribió guiones de El show de Silvia y Enrique, de quienes fue muy amigo, de hecho es el padrino de bautizo de Alejandra Guzmán. Llegó a tener cuatro programas por semana: El show de Los Polivoces, Los Beverly de Peralvillo, La media Ochoa de Leonorilda y La pareja dispareja (con Mauricio Garcés y Enrique Rambal). También creó a “Bartolo”, protagonizado por Enrique Guzmán.

En los años 70 escribió “Memorias de un galanazo”, historia de Gordolfo Gelatino; Mario Moreno “Cantinflas” escribió una dedicatoria y se vendieron 100 mil ejemplares, cifra muy alta para la época.

Sobre sus relaciones sentimentales hablaba poco: “Sólo me casé una vez, con la mamá de mi hijo para legalizarlo y me divorcié a la semana. He querido a varias señoras, pero definitivamente no sirvo para vivir con alguien”.

Decía que había nacido con el don de escribir: “Mi único problema al principio era la ortografía. En la comedia no tienes que ajustarte a la sintaxis porque le quitas el chiste. Pones bien las palabras y le quitas la gracia. El que hace reír a la gente en la vida cotidiana, puede hacer buenos guiones de comedia”.

Kleiff consideraba que el maestro en el terreno de la creación de personajes y guiones cómicos era Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”. “Él se cuece aparte”, decía. De los cómicos actuales le gustaba Adal Ramones (“es el número uno, esos monólogos no los hace ni un gringo”), Brozo (“es un talentazo”) y Andrés Bustamante (“fabuloso”).

Hasta su muerte, Kleiff tuvo contrato exclusivo con Televisa (Azcárraga Milmo le compró todos sus guiones). Su última participación como guionista fue en Los perplejos, en 2005.

En 1985 sobrevivió a una cirugía a corazón abierto, pero tras otra intervención, el martes pasado murió el gran retratista de la sociedad mexicana.

1, 2 y 3

1. Sus famosos personajes fueron “Agallón Mafafas”, “El Mostachón”, “Andobas”, “El Washandwear” y “Gordolfo Gelatino”

2. Su vicio fue apostar, práctica que varias veces lo dejo sin dinero

3. Admiró a “Chespirito”, Brozo, Adal Ramones y Andrés Bustamante