Los gatos recién nacidos usan los maullidos para comunicarse con su madre, ya sea porque tienen hambre o se sienten desprotegidos. Sin embargo, con el proceso de madurez, los gatos dejan de usar los maullidos y empiezan a emitir otros sonidos para comunicarse entre ellos.
Y es que según el tono utilizado por los gatos, puede significar cosas distintas, por ejemplo, los gruñidos, en el que emiten tonos graves, indica que están en un estado amenazador, en cambio, un chillido agudo, representa temor y desprotección, no obstante, estos son sonidos usados para comunicarse entre ellos.
Ahora bien, los maullidos, son sonidos que los gatos usan para “manipular” únicamente a las personas. Un estudio publicado en 2002 por el investigador de la Universidad de Cornell (Nueva York), Nicholas Nicastro, explica esta conducta.
Según Nicastro, más de 5000 años de convivencia entre los humanos y los gatos le han permitido a estos últimos saber cómo pedirles a los humanos que realicen una acción deseada por los felinos.
¿Para qué maúllan?
Por esta razón, los gatos usan los maullidos para distintas ocasiones, como saludar a las personas cuando llegan, pedir atención para el contacto social, exigir que le abran una puerta para salir o entrar de un lugar, y la más común, para que le llenen su plato de comida.
De hecho, algunos gatos que sufren deficiencia cognitiva ya sea por la edad o por un problema mental, pueden maullar cuando se sienten desorientados y necesitan ayuda para ubicarse.
Para el caso de la comida, los gatos son capaces de maullar cuando alguien se encuentra en la cocina, con la intención de recibir algún alimento que haya llegado. También aprenden a mendigar comida en lugares públicos.
A pesar de que Nicastro explica que esta conducta es parte de la teoría de selección natural, otros científicos aseguran que esta es solo una acción aprendida por los gatos a través de la experiencia, pues dos gatos de distintos dueños pueden maullar diferente pero con la misma intención de pedir comida, pues cada uno sabe cómo comunicarse con su dueño.
Maullidos urgentes y tranquilos
Según el mismo estudio de Nicastro, los gatos también maúllan según la urgencia con la que desean algo, por ejemplo, un maullido corto y con un tono uniforme, indica que no hay urgencia en lo que necesitan, pero si emiten un maullido largo y fuerte, significa que requieren algo urgentemente.
Al momento de la adopción, los gatos también aprovechan sus maullidos. Según Nicastro, cuando estos felinos ven a personas en el centro de adopción, maúllan de forma suave, con la intención de parecer más cariñosos y aumentar sus probabilidades de ser adoptado.
Cómo evitar que maúllen
Para evitar que un gato maúlle constantemente, se debe conocer las razones por la que lo hace, ya sea si es por hambre, refugio, cariño o cualquier otra justificación. Luego, intenta proveerle un ambiente que satisfaga sus necesidades sin que deba “pedírtelo”, instalando una puerta para gatos, por ejemplo.
Ahora bien, en caso de que maúlle exigiendo atención, lo ideal es ignorarlo, alejarse –sin regañarlo- y esperar a que esté callado, para entonces darle cariño, si vuelve a maullar, se debe repetir los pasos anteriores, de esta manera el gato entenderá que solo le darás la atención que quiere si está callado.
Otros problemas pueden presentarse cuando maúllan por comida, el principal error sería dársela cada vez que maúlle, en cambio, debes establecer un horario que puedas cumplir puntualmente para poner comida en su plato, con el fin de que aprenda a esperar la hora fijada.
El estado de celo en las gatas también es un factor que influye considerablemente en la regularidad de los maullidos, tanto de las gatas que están en celo como de los gatos que la oyen. En este caso, lo ideal sería castrar o esterilizar al gato. En el caso de los machos, puede evitarse haciendo lo posible para que no oiga a las gatas en celo.
Regañar y hasta agredir físicamente a los gatos cuando maúllan es una acción contraproducente, pues no cambiará su conducta y solo generará un miedo del gato hacia la persona, que hará más difícil la convivencia.