Un congreso desgajado en un estado feminicida

ESTE VIERNES ES EL FAMOSO 8M… con alerta de género, con una deuda gigantesca aún en términos de paridad y equidad, de marchas por injusticias y de redes sociales en donde se refleja una sociedad polarizada y enfrentada en este aspecto que refiere a la percepción del género en términos de igualdad y en donde a los hombres aún nos hace falta mucho por aprender, para que entendamos su lucha.

SAN LUIS POTOSÍ EN LA TRIBUNA del Congreso del Estado, enfrenta uno de sus momentos más peculiares, porque no sería el más escandaloso, a no ser por la tormenta que viene. Y se lo comento, amigo lector, porque si bien es cierto que el que esto escribe le dedicara varias horas de escritura a muchos asuntos por venir en la agenda legislativa, también en cierto que lo que mal comienza, casi siempre está destinado al fracaso y un ejemplo de esto que le estoy mencionado es lo que refiere a lo que pasa hoy respecto a la destitución de la Oficial Mayor del Congreso.

EL PASADO JUEVES, UN GRUPO DE manifestantes todos ellos llamándose a sí mismos del gremio “agrónomo” del Estado de San Luis Potosí, irrumpieron en la sala del pleno durante la sesión con mantas y consignas en contra de la diputada priísta Beatriz Benavente, a quien le atribuían una serie de asuntos relacionados con corrupción y la necesidad de practicarle una auditoría, cuando el verdadero trasfondo a todo esto se relaciona más bien al tremendo “berrinche” que estaba haciendo la Oficial Mayor del Congreso, Marcelina Oviedo, quien vale la pena destacar, no se ha presentado al Congreso desde que se anunció su destitución.

LA AHORA EX FUNCIONARIA TUVO varios altercados con la diputada Beatriz Benavente Rodríguez, quien desde el año pasado solicitó información y jamás de le entregó, además de otras irregularidades que denunciaron en su momento legisladoras como Sonia Mendoza.

ADEMÁS, LA EX OFICIAL MAYOR pidió la remoción de dos trabajadores por supuesta pérdida de confianza, quienes al final tuvieron que ser reinstalados en sus cargos por falta de pruebas para su despido justificado.

LOS NUBARRONES QUE SE ciernen sobre el Congreso local están pronosticados porque desde la sede del partido que la encumbró en esta responsabilidad, Morena, a través de la bancada que encabeza Edson Quintanar, ahora se van a practicar algo parecido al SEPUKU, o suicidio de los antiguos samuráis, en el contexto político, pues a últimas horas la gritonería está basada desde ahí, que su destitución fue porque los diputados quieren seguir haciendo actos de corrupción, evocando a lo que sucedió con sus antecesores, lo que sin duda va a salpicar en la cara de los propios legisladores de Morena que fueron los que la pusieron de primera mano en este puesto, en donde desde un inicio se había planteado que no tenía el perfil para cumplir con la encomienda y a regañadientes lograron su permanencia a pesar de todo.

A ESTA NUEVA DESTITUCIÓN NO debe perder de vista tampoco, amigo lector, lo que ocurrió también con quien fuera el director jurídico de esta legislatura, Roy González Padilla, a quien se le finiquitó con la nada desdeñable cantidad de 328 mil pesos, por los tres meses que duró en el cargo, cuando ganaba un poco más de 52 mil pesos, lo cual verdaderamente es de llamar la atención de cómo se han estado arreglando las cosas.

LOS LEGISLADORES MORENISTAS O de esta unión, alegan que son intereses obscuros o los propios medios de comunicación los que los quieren dividir, cuando día con día queda demostrado que se están desgajando solitos, en una Legislatura donde se están enfrentando por una evidente falta de humildad por parte de estos legisladores, que no se sabe si resulta peor que no roben o que definitivamente no les interese nada más que posicionarse políticamente, pese a quien le pese.

HASTA LA PRÓXIMA.