Sábado 18 de Mayo de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Prevención del Suicidio

Mayra Tristán
Plano Informativo | 03/03/2010 |

“Todos podemos prevenir el suicidio, no necesitamos ser psicólogos, psiquiatras o trabajadores sociales”, sólo es necesario prestar atención a los cambios que se presentan en el comportamiento y el humor de quienes nos rodean para detectar síntomas que pudieran ser señales de que algo no anda bien en su vida y que podría atentar contra ella.

De acuerdo a la Guía para la prevención del suicidio emitida por los Servicios de Salud en San Luis Potosí, la prevención del suicidio comprende actividades que van desde proveer a niños y adolescentes de mejores condiciones de educación y el tratamiento eficaz de trastornos mentales, hasta el control medioambiental de los factores de riesgo, a pesar de lo complejo que parecen estos factores, prevenir el suicidio es posible.

Son muchas las causas que llevan a una persona a cometer suicidio o a intentarlo, enfermedad mental o física, abuso de estancias, conflictos familiares o interpersonales, la edad por la que atraviesa, su capacidad psicológica para tolerar la frustración, así lo explica la Jefa del Departamento de Salud Mental y Adicciones, Natalia Narváez Banda.

El principal indicador es la depresión, misma que se manifiesta de diferentes formas en cada persona dependiendo de la edad y su capacidad psicológica para tolerar el dolor; en el caso de los adolescentes, la depresión se puede observar en cambios de humor, el adolescente está más irritable, más intolerante, menos paciente y tiene cambios de ánimo frecuentes.

En los adultos, el cuadro depresivo es más evidente, la persona parece tener cansancio crónico “y no tiene ganas de hacer nada”, en la depresión más grave “hay insomnio, no te da hambre, o te da mucha hambre pero por ansiedad”; este cansancio genera más deterioro emocional, que a su vez, genera más depresión.

Debido a ello, es necesario prestar atención a una persona que manifiesta estos síntomas, que cambia su forma de ser, reacciona diferente o cambia de rutinas; “lo que  necesita la persona con un riesgo suicida es sentir el apoyo emocional de alguien”, la persona que detecta estos síntomas tiene la posibilidad de alargar la vida de alguien que tiende al suicidio.

Es importante darle importancia a estos síntomas, ya que de acuerdo a las estadísticas que se tienen, más del 60% de las personas que cometen suicidio, lo habían comentado antes pero no se les prestó atención. En este sentido, la Jefa del Departamento de Salud Mental y Adicciones, comenta que es necesario terminar con el mito de que “una persona que lo anuncia no lo va a intentar”, ya que es al contrario.

La depresión puede ser atendida por un médico general, quien da tratamiento al paciente, y en caso de que se trate de una persona que ya había intentado quitarse la vida, es necesaria la ayuda de un familiar que vigile que tome el tratamiento para la depresión.

En San Luis Potosí se registraron 163 suicidios en 2008, de los cuales 10 fueron en menores de 14 años; en 2009 hubo 174 suicidios, con 9 casos de menores de 14 años. Con ello se refleja que el sector en el que se presentan más atentados contra la vida, es en los adolescentes y adultos jóvenes, donde el suicidio es el segundo factor de muerte.

En el caso de los menores, se estima que la tendencia al suicidio no es originada porque lo vean como opción para terminar con el sufrimiento que pudieran estar experimentando, sino por imitación a los adultos, al ver constantemente casos de suicidio en los medios de difusión, éste “se hace algo cotidiano y se hace parte de su contexto”.

Además, se ha observado que las nuevas generaciones tienen menos tolerancia a la frustración; mientras en tiempos pasados los niños a los que se les negaba algo, aceptaban la respuesta negativa, ahora son más conscientes de sus derechos y exigen que se les trate como a los adultos o se les den las cosas que desean, “con menos frustraciones se produce más depresión ante cosas que antes eran más aceptables”.

En el caso de los adultos jóvenes, se considera que la depresión es originada en parte, por el ritmo de vida que se tiene en la actualidad, ya que una persona tiene menos tiempo para el esparcimiento, el descanso o la relajación, debido a que trabajan incluso los fines de semana o tienen dos empleos para poder sostenerse.

Al observar cambios en el humor o comportamiento de una persona, lo primero es acercarse y preguntarle si algo le pasa, si atraviesa por algún problema, y demostrarle que hay alguien que se interesa en ella, al ganarse la confianza, se puede indagar más sobre la situación que vive y entonces identificar si requiere ayuda médica para sanar la depresión.

Atentar contra la vida también puede ser una forma en que la persona trata de llamar la atención, de pedir auxilio, sobre todo en el caso de las mujeres, pues a pesar de que por cada cuatro mujeres que intentan suicidarse hay sólo un hombre que lo hace, las personas del sexo masculino logran cuatro veces más su cometido, por lo que siempre es importante tomar en cuenta los signos de alarma antes mencionados para evitar desenlaces fatales.

Además, hay que tomar en cuenta que una persona que ya intentó una vez quitarse la vida, puede volver a tratar de hacerlo, por lo que se le debe prestar atención y buscar tratamiento médico o psicológico para la depresión o factor que esté desencadenando el deseo de terminar con la vida.

La mayoría de las personas que se plantean la idea del suicidio, no están seguras de querer terminar con su vida, por lo que se puede influir de manera positiva en ellas y evitar que atenten contra su vida mostrándoles que no es una opción para terminar con los problemas que pudieran estar experimentando y que en caso de tratarse de una cuadro depresivo, puede remediarse con atención médica en su hogar.

La persona que requiere ayuda en este tema, puede apoyarse en instituciones como el Instituto para las Mujeres del Estado que cuenta con la línea 075 para atención en crisis, o el Centro Integral de Salud Mental en la capital potosina ubicado en Avenida Salk 1195 con número telefónico 8 15 94 77, donde se da atención psicológica y psiquiátrica gratuita.

También los familiares de una persona que presenta tendencia al suicidio pueden acudir a centros de apoyo para recibir orientación sobre la manera en que se pueden identificar los síntomas y la forma en que pueden ayudar a esa persona.