Anteriormente, los sacerdotes no se casaban por elección, para dedicar el 100% de su tiempo y energía a la oración y predicación – de la misma forma que Jesucristo. En 1139, al final del II Concilio de Letrán, el matrimonio fue prohibido de forma oficial a los miembros de la iglesia.
Pese a que la decisión estaba apoyada en los pasajes bíblicos – como “bien le está al hombre abstenerse de mujer” (presente en la primera carta a los Corintios) –, una de las razones más poderosas para la transformación al celibato (como se conoce la prohibición del casamiento) en toda regla fue que, ya desde entonces, este dictaba las reglas de la humanidad. ¿Fe? Nada de eso, se trataba de ¡Dinero!
Durante la Edad Media (del siglo V al XV), la Iglesia Católica alcanzó el auge de todo su poderío, acumulando una inmensa cantidad de riquezas, principalmente en tierras. Para no correr el riesgo de perder bienes en los herederos de los miembros del clero, lo mejor que podían hacer era impedir que esos herederos llegaran a existir. Eso no hizo mucha diferencia para los monjes que, por elección, ya vivían en aislamiento en los monasterios, pero en algunas parroquias dicha prohibición generó discordia. La mayor se produjo a comienzos del siglo XVI y fue una de las razones por las que el cristianismo pasaría una de sus peores rachas: Martín Lutero rompió con el Papa y creó la Iglesia Luterana, que permitía el matrimonio entre sus pastores – y lo permite hasta hoy –. Luego de la Reforma Protestante, la Iglesia Católica reafirmó el celibato, definiendo en el Concilio de Trento, celebrado en 1563, que quien lo rompiera sería expulsado del clero.
El budismo no reconoce ningún ser superior capaz de ordenar determinadas conductas, pero los monjes y monjas practican la abstinencia sexual como algo que deben esforzarse en aprender.
En el cristianismo protestante los pastores (bautistas, metodistas, de la Asamblea de Dios, o de cualquier otra corriente) se pueden casar. Entre los luteranos, hay grupos de monjes que, por decisión propia, adoptan el celibato.
En el cristianismo ortodoxo los hombres casados ??pueden ser sacerdotes, pero difícilmente serán promovidos a obispos. La regla es la misma en las corrientes católicas orientales, como la maronita
En el islam cualquier hombre (en el islamismo no hay sacerdotes como en el catolicismo), no sólo puede, sino que debe tener cuatro esposas si es capaz de sustentarlas, por supuesto. Las mujeres, por otro lado, sólo pueden tener un marido.
