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En la final de ida, América y Cruz Azul quedan a deber

Plano Deportivo | 13/12/2018 | 22:37

Los nervios, la imprecisión y la solidez defensiva fueron la tónica del duelo de ida de la Gran Final entre Águilas y Celestes, en la cancha del Estadio Azteca. América y Cruz Azul quedaron a deber al igualar sin goles en un duelo con mucho drama y poco futbol. 
 
Poco futbol y la falta de emociones marcó una primera parte donde 'Cata' Domínguez estuvo cerca de marcar el 1-0 al 9, con un cabezazo que Marchesín atajó de un manotazo, ahogando el grito celeste. 
 
América intentó responder y dos minutos después, Renato Ibarra voló un disparo en el área grande del conjunto celeste. Azules y Azulcrema repartían golpes, pero no lograban conectar con claridad a su rival. Marcone, Lichnovsky y Pablo Aguilar eran los jefes del partido, logrando nulificar a los extremos americanistas. Diego Lainez no pesaba en la cancha y el peligro era escaso para Corona. 
 
Cruz Azul, por su parte, apostó por un juego precavido, prestando la pelota al América buscando al 'Piojo' Alvarado y Édgar Mendez por velocidad en contragolpes, sin embargo, la zaga americanista cerraba espacios y la Máquina no volvió a pisar el área de Marchesín con claridad.  
 
Al inicio de la Segunda Mitad, América tuvo su jugada más clara; Roger Martínez llegó a línea de fondo, metió un centro retrasado que Uribe remató al cuerpo de Corona. Las Aguilas seguían en busca del gol, pero Cruz Azul metía músculo y contenía los ataques de los dirigidos por Miguel Herrera. 
 
Los Celestes, se veían conformes con el empate y cesaron las llegadas al área contraria; América se llevó la peor parte de la historia al perder por lesión a Uribe y Roger Martínez. Al 90, Méndez tuvo el triunfo azul en un mano a mano con Marchesín que se estrelló la orquilla del arco americanista. 
 
El espectáculo se convirtió en drama y el 0-0 final deja un sabor agridulce al Clásico Joven que este domingo deberá tener algo más que músculo y defensas para coronar a un campeón.