Sábado 18 de Mayo de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

ACUÍFERO DEVASTADO

Mayra Tristán
Plano Informativo | 17/02/2010 |


“Un acuífero que ya lo sobreexplotaste, ya se compactó, ya no se puede recuperar”, con esa sentencia del investigador y catedrático de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Rubén López Doncel, iniciamos para notar la dimensión del tema que se aborda. Un acuífero es una formación geológica subterránea compuesta de grava, arena o piedra porosa, capaz de almacenar y rendir agua, generalmente se recarga con el agua de lluvia.

No toda el agua de lluvia se integra a los acuíferos, una parte de ella la absorben las plantas, otra cantidad se evapora y el resto es el que se va al subsuelo, sin embargo la urbanización deja pocos lugares sin pavimentación que faciliten el regreso del líquido a los acuíferos.

LO QUE PASA EN SAN LUIS POTOSÍ

Para contextualizar un poco, recordemos que del 100% de agua en el planeta, 97.5% es salada y el 2.5% es dulce, de ésta sólo 0.3% es consumible. En la República Mexicana casi dos terceras partes del agua destinada al abastecimiento público y una tercera parte del agua extraída con fines agropecuarios, se obtienen de fuentes subterráneas, es decir de un acuífero.

De acuerdo a datos de la Secretaría de Desarrollo Agrícola y Recursos Hidráulicos, en el estado potosino hay 9 acuíferos sobreexplotados, entre ellos el de Vanegas, Real de Catorce, Cedral, Matehuala, Villa de Arista, Villa Hidalgo, Salinas, Villa de Reyes y San Luis Potosí. Este último es el que nos ocupa, y que presenta un desequilibro debido a que se extrae 40% más líquido del que se recarga.

El agua potable en la capital potosina se obtiene de fuentes superficiales y del subterráneo. En el caso de las superficiales, se cuenta con las presas San José, donde se pierde aproximadamente 50% en la infraestructura que la conduce; El Peaje, que se tiene como reserva para épocas de estiaje; y El Potosino y Cañada del Lobo, que son casi exclusivas para riego agrícola y para el control de inundaciones.

Esto nos deja que el 70% del agua potable en la zona conurbana de San Luis Potosí, se obtiene de los acuíferos mediante la extracción, a través de más de 100 pozos distribuidos en la mancha urbana. Si tomamos en cuenta que la capital potosina es árida y concentra al 37% de la población total del estado, además de la mayor parte de la industria, es fácil deducir que cada día aumenta la demanda del vital líquido, mismo que se busca a profundidades cada vez mayores.

Como ejemplo puede apuntarse que de acuerdo a datos del organismo Intermunicipal de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento, el famoso y muy recriminado INTERAPAS, los pozos van de una profundidad de los 220 a los mil 185 metros. Ya que tocamos el tema del organismo operador del agua potable, veamos el porqué de su mala fama.

Primero, este organismo surte de agua a San Luis Potosí, Soledad de Graciano Sánchez y Cerro de San Pedro, lo que representa más de 80 mil habitantes. Para ello cuenta con más de 3 mil kilómetros de tubería para agua potable y casi la misma cantidad para drenaje. Este sin duda debe ser un reto para el organismo, pero entonces por qué no se le ve como todo un héroe sino como un villano.

La respuesta está en el hecho de que la red de distribución data de los años 50, y como “todo por servir se acaba”, casi la mitad del agua que esperamos llegue a nuestros hogares, se pierde en fugas. Quién no se ha encontrado en la ciudad con una fuga de agua en la calle, o con la evidencia de que ya la repararon, porque al hacer la excavación para arreglar la tubería, se les olvida rellenarla.

Con estas fugas se crea otra razón para que aumente la demanda del recurso, pero ahora veamos qué pasa con ese 50% del agua potable que sí logra aprovecharse. Otra vez, de acuerdo al INTERAPAS, el 71% del agua que maneja, se destina al uso doméstico, 15% al comercio, 12% a la industria y 2% al servicio público. Bien, de ese 71% que se dirige al uso doméstico, el 75% lo utilizamos para el inodoro y la higiene personal, el 20% para el lavado de ropa y trastes, y el 5% para cocinar y beber.

Así que no se sienta culpable si emprende una dieta y se toma sus dos litros de agua al día, pero sí cuando se pase una hora cantando en la regadera como si esta técnica afinara sus cuerdas bucales. Precisamente para terminar con este tipo de costumbres, diferentes organismos públicos y ciudadanos han emprendido esfuerzos de difusión para un mejor uso y aprovechamiento del agua potable.

Como suele suceder, los primeros que la llevan son los niños, hacia quienes se dirige la mayoría de las campañas para concientizarlos sobre el uso responsable del agua. Un ejemplo de ello, es el departamento de Cultura del Agua de la Comisión Estatal del Agua, mediante el cual se realizan pláticas comunitarias y escolares en las que se trata de inculcar el cuidado del agua, haciendo conciencia sobre el costo que tiene la extracción y traslado del líquido, así como la importancia para la supervivencia.

POR ESO NOS HUNDIMOS

Como si fuera poco el hecho de que al sobreexplotar un acuífero agotamos el líquido que da origen a la vida en la Tierra, esta acción también tiene otras implicaciones que afectan la vida diaria de un asentamiento humano.

Seguramente usted recordará que en la ciudad se han presentado diversos hundimientos que sorprendieron a los habitantes, pues sí, la mayoría de estos fenómenos se deben a la sobreexplotación de los mantos acuíferos. Ingenieros expertos en el tema tuvieron a bien explicar a esta reportera el proceso que lleva a que surja una falla, de esas que le cuartean la casa y desnivelan la calle, sino es que la abren como Moisés al Mar Rojo.

El subsuelo está formado por arcillas, grava y otros materiales rocosos, entre los poros que hay en ellos, se encuentra el agua subterránea que se extrae mediante los pozos. “Si extrae agua mediante pozos extrae volumen del subsuelo y se tiene que compensar con la compactación del relleno aluvial, arcillas, gravas y materiales”, explicó el Director del Instituto de Geología, Rafael Barbosa Gudiño.

Las fallas y hundimientos pueden ser originadas por diversos factores, algunos, como los que se han presentado en los alrededores de la Alameda, surgen porque en el pasado existían haciendas, que contaban con su propia noria para obtener agua; para captar y almacenar más líquido se hacía una especie de túneles a los lados del pequeño pozo.

Como sucede cada que va creciendo la ciudad, se dieron nuevos asentamientos en el lugar y las norias junto con sus ramificaciones, quedaron cubiertas por la mancha urbana, de ahí que haya cavidades en el subsuelo y se colapse formando esos famosos agujeros que luego tienen que rellenar.

Otros fenómenos, se deben como le decía párrafos antes, a la sobreexplotación de los mantos acuíferos; son las conocidas como fallas y grietas que lamento informarle, se encuentran prácticamente por toda la ciudad e incluso en el abatido vecino municipio de Soledad de Graciano Sánchez.

“A partir de un estudio que hicimos en el 98 el lugar más afectado y donde el hundimiento y fracturamiento de las casas ha tenido mayor impacto, es la zona del Fraccionamiento Aeropuerto, por el lado de Industrial Aviación, donde el fenómeno se ha ido acelerando en cuanto a hundimientos y destrozos como fracturas en las casas, en la actualidad se tienen identificadas unas 20 zonas en San Luis y también en Soledad”.

Eso dijo el ingeniero José Luis Mata Segura, claro que sorprende el número de zonas con fallas, y más aún cuando señaló que pueden existir más lugares con este fenómeno sin que los investigadores los tengan todavía identificados. Las fallas que ya se tienen ubicadas van desde los 300 metros de longitud hasta los 6 kilómetros, que es lo que mide la Falla Aeropuerto.

Esto tampoco significa que de un día para otro San Luis Potosí se va a venir abajo, los movimientos y fracturas en la tierra llevan un proceso muy lento que hace imposible predecir en qué momento podría derrumbarse una casa afectada por una falla. A decir de los investigadores, ya se han presentado los estudios respectivos al municipio y al Instituto Municipal de Desarrollo, para que se prohíba la construcción de viviendas en lugares con riesgo y se opte por espacios como jardines, para evitar colapsos.

¿SOLUCIONES, RECOMENDACIONES?

El gobierno del estado, a través de la Comisión Estatal del Agua, está buscando algunas soluciones no sólo para frenar la sobreexplotación de los acuíferos del Valle de San Luis, sino para garantizar el abasto de agua a la población en los próximos años. Una de las acciones mencionadas por el Director General de la CEA, Jorge Luis Rangel Aguirre, es la dotación de agua para la parte oriente de la capital mediante la presa El Realito.

Este proyecto aún no se concreta, pero se tiene proyectado que al agua proveniente de El Realito se sume un volumen del acuífero de Villa de Reyes. Además de ello, el funcionario estatal señaló que se realizan estudios para aprovechar el agua de lluvia que corre por el Río Santiago y el Río Españita, misma que podría inyectarse al acuífero luego de ser tratada.

Mientras tanto, desde 1960 se suspendió el otorgamiento de permisos, es decir, concesiones, para la perforación de pozos, sin embargo se desconoce si esto ha permitido una recuperación del acuífero, ya que los permisos van cambiando de propiedad y mientras algunos lo dejan en el abandono hay otros que sí lo aprovechan.

No podemos irnos sin las recomendaciones de los expertos para terminar con las fallas, quienes dijeron, una de las soluciones es obviamente, frenar la sobreexplotación de los mantos acuíferos del Valle de San Luis; cómo, mediante la creación y aprovechamiento de infraestructura que permita traer agua de otros lugares y aprovechando el agua de lluvia, que al no poder filtrarse de regreso al acuífero, se queda en la ciudad a manera de inundaciones y encharcamientos que seguro cada habitante de la capital conoce bien. Con acciones como estas, se daría oportunidad a que el acuífero se recargue.

Así como las fallas y agrietamientos llevan un proceso lento, la recuperación de los acuíferos requiere de años, por lo que le invito a poner, como dicen “un granito de arena” y atender esos consejos simples que sumados pueden ser significativos, como reparar las fugas de las llaves de agua en la casa, no lavar el coche y las banquetas a “manguerazos”, usar un vaso de agua para lavarse los dientes, cambiar los tanques del inodoro por uno de menor consumo, no desechar el aceite de cocina en la tubería y cerrar la regadera del baño mientras se enjabona.