Miércoles 4 de Junio de 2025 | Aguascalientes.
nacionales

San Francisco Magú no paga impuestos por un “decreto virreinal”

NICOLÁS ROMERO.
El Universal | 15/02/2010 |


Los pobladores de San Francisco Magú no pagan impuestos. Es el único poblado de toda la República que tiene este privilegio y sus habitantes argumentan la existencia de un decreto virreinal, documento celosamente guardado y que supuestamente fue ratificado por Benito Juárez y Luis Echeverría.


Magú es un pequeño poblado mexiquense de origen otomí, ubicado a 43 kilómetros al norponiente de la ciudad de México y que a la fecha tiene un promedio de 12 mil habitantes.


Los magunenses no pagan al ayuntamiento de Nicolás Romero el impuesto predial, traslado de dominio y licencias de construcción o de funcionamiento para comercios, como parte de la concesión de un virrey que recibió alojamiento en este poblado en el siglo 18.


También por el apoyo que otorgaron a los insurgentes durante la guerra de Independencia y después al propio Benito Juárez, en el siglo 19.


En Magú todos afirman que existe un pergamino del virrey Juan Antonio de Vizarrón (1682-1747) que contiene la orden de exención del pago de contribuciones a los habitantes del pueblo.


En el edificio de la delegación municipal, ubicado en el centro de este pequeño poblado mexiquense, exhiben un texto escrito por Braulio Nava Almazán (finado), que señala que en el Archivo General de la Nación existe una copia de la orden del virrey, clasificada en “los Decretos Coloniales, libro 428, hoja 71-72 del 18 de junio de 1740”.


Pero tal clasificación no existe en el Archivo General de la Nación, según constató el personal que maneja los archivos virreinales, durante una indagatoria realizada por EL UNIVERSAL en el viejo palacio de Lecumberri.


Tampoco hay indicios de las ratificaciones hechas por los ex presidentes Benito Juárez y Luis Echeverría Álvarez, esta última en el Diario Oficial de la Federación del 3 de junio de 1971, como afirma en su escrito Nava Almazán.


Lo que sí existe en el Archivo General de la Nación, en el apartado de Infidencias de la Audiencia Real, contenedor 27, volumen 79, expediente cinco, de 1816–1817, es el proceso en contra del indio José María , sacristán de la iglesia de Magú, quien fue sentenciado a muerte por alojar a un recaudador Insurgente de nombre Ignacio y la esposa de éste, pero la pena fue conmutada por prisión y trabajos forzados.


-“Apoyamos con oro”


Francisco Nava Alanís, biznieto de Adela Ocampo —hermana de Melchor Ocampo—, afirmó que Magú, además de dar albergue a los insurgentes, apoyó con oro la lucha de Benito Juárez.


“Les entregamos sombreras y víboras llenas de oro. Y si ahora quieren que volvamos a pagar impuestos, vamos haciendo cuentas ”, aseguró.


Magú “ha guardado por años el pergamino”, pero por seguridad no lo muestra a extraños, ni tampoco a las autoridades. “Sí es importante porque realmente no se paga el impuesto predial ni el catastral. O sea, aquí si uno quiere construir o poner alguna tienda no lo molestan a uno, porque estás exento de ese tipo de cosas. Y sí, a como está la situación (económica del país) nos favorece a todos los que vivimos. Es un privilegio”, dijo.


Nava Alanís reconoció que la situación tiene inconvenientes, como el no tener escrituras de sus terrenos, pues cuando las tienen deben pagar el impuesto predial. Incluso, si alguien posee escrituras, necesarias para tramitar algún crédito, la asamblea de colonos le disminuye los derechos que tiene como poblador.


En Magú todavía existe la casa de Adela Ocampo y en la que se dio albergue a Melchor Ocampo y al propio Benito Juárez, dicen pobladores, en una serie de leyendas contadas de abuelos a nietos.


-Un mito hecho realidad


Gilberto Vargas Arana, cronista de Nicolás Romero, investiga sin éxito desde hace 10 años la existencia del supuesto decreto virreinal y las ratificaciones hechas por Benito Juárez y Luis Echeverría.


“Los habitantes mayores hablaban sobre la existencia del pergamino y algunos se atrevían a decir que habían visto o tenido en sus manos el decreto.


A mí me tocó observar a una generación de jóvenes que cuestionaban: ¿Si hablan del famoso pergamino, por qué nuestra generación no lo conoce?”, señaló el historiador.


Añadió que hay una ruptura generacional en San Francisco Magú y los jóvenes exigen pruebas de la existencia del documento virreinal.


“Creo que no me corresponde contestar la pregunta, ¿qué tan cierto o qué tanto es de mentira? Lo que sí podemos valorar es que algo ha de tener, que sobrevive hasta nuestros días. Si lo estamos ubicando ya en el siglo 18 y lo tenemos hasta nuestros días, es que ha pervivido unas seis, siete generaciones”.


Magú es un pueblo de tradiciones y mitos. Todavía muchos pobladores hablan el otomí y realizan rituales indígenas, como el velar a sus muertos y efectúan peregrinaciones a cerros, señaló.


Hay una versión popular, incluso, de que el presidente Luis Echeverría visitó Magú y el discurso de bienvenida fue en otomí. En la realidad, el ex presidente nunca visitó esta población mexiquense y ni siquiera hay datos de que haya estado en Nicolás Romero.


El cronista agregó que la historia del decreto virreinal provoca cohesión entre los habitantes de Magú, lo que es benéfico para la comunidad.


“Tengo que decir que historia que mantiene cohesión de una comunidad es identidad. La cuestión jurídica le corresponde a los juristas dar su opinión. Nuestra tarea como cronistas es fomentar la identidad. Entonces, en cuanto a valor histórico y de narrativa natural de un pueblo, si te cohesiona un pueblo, está cumpliendo uno de los objetivos”, agregó el historiador comunitario.


-Nadie por encima de la ley


Irene Díaz Reyes, jefa de la sección de Derecho Administrativo, Económico y Financiero en la División de Ciencias Jurídicas, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, de la UNAM, destacó que San Francisco Magú “es la única comunidad de México que se escuda en un documento histórico para no pagar impuestos”.


Indicó que la fracción cuarta del artículo 31 constitucional establece que los mexicanos están obligados a contribuir de manera proporcional y equitativa al gasto público en la Federación, entidades federativas, municipios y el DF.


“La propia ley señala que existen exenciones de impuestos, la propia ley fiscal, pero en casos específicos. O sea, habría que irse ya a la norma específica y en algún caso muy específico poder hablarse de una exención. Esa sería la norma”, añadió.


“Nadie puede argumentar o señalar que tiene una cédula o algún otro documento que le permita no cubrir las contribuciones. Todos estamos obligados, salvo algunos casos, repito, que la ley señale como exenciones. Pero no nos podemos ir más allá de eso”.


Díaz Reyes dijo que la propia ley determina sanciones a quienes incumplen con las obligaciones de contribuir al gasto público, por lo que las autoridades municipales pueden iniciar procedimientos administrativos para cobrar de manera forzosa.


Explicó: “El Estado tiene ese poder, le da un poder económico coactivo en el sentido de que cuando nosotros no cumplamos con esas obligaciones, el Estado por la fuerza nos obliga a cumplir, a través de un embargo, no sé, depende del caso concreto”.


Desde hace varias administraciones municipales los alcaldes de Nicolás Romero se quejan de que los habitantes de Magú no pagan impuestos, pero ninguno de ellos realizó acciones para obligarlos a pagar las contribuciones, tal vez por temor a movilizaciones de la comunidad, que desde hace más de dos siglos se rige por sus usos y costumbres. Incluso en alguna ocasión pretendieron convertirse en municipio, junto con otros pueblos aledaños, como San José del Vidrio. “Son cuestiones que se basan en la costumbre, que no deberían ser, porque en un Estado de Derecho la norma es general y a todos se debe aplicar de manera igual. Si no, nos encontraríamos en un Estado que es todo, menos de Derecho, porque unos cumplen, otros no y sería algo que no sería justo”, concluyó.


Pero los pobladores de Magú piensan diferente. Para ellos el decreto virreinal existe y están exentos del pago de contribuciones. “Vamos haciendo cuentas”, retó Francisco Nava Alanís.


La vieja iglesia de San Francisco Magú quizá en sus entrañas conoce la verdadera historia. Pero sus muros no hablan.
Marginación


Es un privilegio y orgullo no pagar impuestos, afirmó Raúl Almazán Quijano, delegado municipal, sin embargo al mismo tiempo reconoció la falta de aportación de recursos municipales, estatales y federales para resolver el rezago en el que vive su pueblo.


No hay médico, tampoco fuentes de empleo, la mayoría de la gente sale a trabajar a municipios aledaños e incluso al DF; no hay drenaje, 80% del pueblo no tiene alumbrado público, faltan escuelas secundarias y no hay ni una sola preparatoria, son carencias que forman parte de la lista de rezagos que enumeró Raúl Almazán.


Lo más grave es la inseguridad, los asaltos a casas y secuestros se han incrementado y sólo hay un policía, en casos de emergencia hay una patrulla que recorre otras comunidades y que tarda en llegar más de 40 minutos, apuntó el dirigente vecinal.