Lilia Quevedo/Plano Informativo | 06/10/2018 | 01:30
El crecimiento acelerado de San Luis Potosí ha afectado severamente a la zona metropolitana en dos vertientes: la movilidad y el manejo del agua, señaló Benjamín Alva Fuentes, urbanista de la Facultad del Hábitat de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP).
Las últimas precipitaciones generaron caos vial, largas horas en el tráfico, hundimientos y desgaste del asfalto.
Además se han elevado drásticamente las tarifas de los taxis y servicios de Uber, que en el último caso, han sobrepasado los 130 pesos por trayecto; incluso algunos choferes reconocieron ante los micrófonos de PLANO INFORMATIVO, que durante el fin de semana hubo servicios de hasta 500 pesos.
Todos estos factores en conjunto, son resultado de la falta de planeación vial y de un acelerado crecimiento de la ciudad y del parque vehicular, advirtió.
Cuando llueve en San Luis Potosí, los trayectos que en condiciones normales serían de 15 minutos, se convierten en largos periodos de hasta una hora, debido a que cierran vialidades como el Boulevard Río Santiago y el Río Españita.
El especialista señaló que es urgente un Plan de Desarrollo Metropolitano, que por un lado esté basado en la infraestructura que permita captar, analizar, distribuir, tratar y aprovechar el agua, pero que por otro lado permita desarrollar vialidades alternas para “no seguirnos concentrando en pocas vialidades que son precisamente las que observan el mayor flujo de vehículos”.
Con este plan se redistribuiría el tránsito, se daría certeza de un crecimiento más responsable con el medio ambiente, de tal manera que no se elimine la capacidad de absorción del suelo, sino que también se esté construyendo con áreas verdes que permitan manejar las precipitaciones que vienen hacia el centro de la ciudad.
Para generar este plan de acción, se necesita contar con un acuerdo entre todos los órganos de gobierno, para priorizar las inversiones en la gestión del agua y en la movilidad.
“Desarrollar una movilidad más sustentable que ya no esté basada en el vehículo y entonces no estemos construyendo nada más vialidades sino que podamos invertir en ciclovías para bajarle al automóvil”.
En segundo lugar, se deben buscar mecanismos alternos de financiamiento, que no sólo sean en la parte del sector público, sino también buscar en organismos multilaterales, como el Banco Interamericano de Desarrollo que presta dinero a proyectos de sustentabilidad urbana o también hacer fideicomisos entre la Iniciativa Privada y el gobierno para poder financiar obras con responsabilidad social.