Una característica que distingue a los mexicanos en el mundo es la forma en la que contestan el teléfono diciendo “¿bueno?”.
Y esa forma de responder se remonta a los primeros años de la telefonía en México, cuando hacer una llamada era algo más complejo que dar un par de toques en la pantalla de un dispositivo que todos traen en el bolsillo.
La llegada del teléfono a México
Aunque hay quien todavía se pelea su paternidad, la historia “oficial” registra que el teléfono se inventó en 1876, y un par de años después, en 1878, la telefonía llegó a México.
La primera prueba se hizo en marzo de ese año, cuando se realizó un enlace telefónico entre el centro de la Ciudad de México y algún punto de las entonces muy lejanas tierras de Tlalpan.
Así, el 16 de septiembre, el presidente Porfirio Díaz inauguró la primera línea telefónica instalada oficialmente en México, la cual comunicaba al Palacio Nacional con el Castillo de Chapultepec, que en ese entonces servía de residencia oficial.
Sin embargo, la telefonía no crecería más allá de las instancias públicas y clases privilegiadas hasta después de la Revolución Mexicana.
¿Bueno?, ¡bueno!
Por la década de los años 20, las líneas telefónicas en México eran operadas por diferentes empresas, como Ericsson o Telefónica Mexicana, y no estaban interconectadas, por lo que no se podía llamar de una compañía a otra.
Otra característica de ese entonces era que no se marcaba un número, sino que se descolgaba el auricular y del otro lado respondía una operadora a quien se le solicitaba que hiciera el contacto con quien se quería hablar.
Al momento de que la operadora les comunicaba que el enlace estaba listo, las personas decían “¿bueno?”, a manera de pregunta si el enlace se había logrado, es decir, si la claridad e la línea era buena.
Del otro lado, había que afirmar con un “¡bueno!” que confirmaba que el enlace era bueno y que ambos se escuchaban para poder iniciar la conversación (sería el equivalente al viejo “bueno, bueno, probando, probando” que todavía usan algunos para, por ejemplo, ver si un micrófono está encendido).
De esa manera, el “¿bueno?” permanece hasta la fecha y hasta hay quien lo usa en enlaces de nuevas tecnologías, como FaceTime o Skype.