El altiplano potosino es conocido por ser la puerta de entrada al desierto, región semidesértica enclavada a dos mil metros de altura con una gran variedad de flora y fauna.
Las Rutas del Mezcal se han convertido en itinerarios culturales donde se descubre “el elíxir más claro que el agua, pero más fuerte que un trueno: el mezcal”.
Las fábricas en San Luis Potosí tienen una historia de más de doscientos años, sus instalaciones se pueden visitar y conocer sus imponentes hornos de mampostería de los cuales emana el olor de las mieles que provienen del corazón del maguey recién cocido, lo que marcará la forma de beber un cuernito de mezcal.
De Tierra Adentro hacia Charcas
Los primeros exploradores españoles que recorrieron el norte del país siguieron esa ruta, donde hoy se pueden recorrer minas antiguas y santuarios que fueron levantados para evangelizar a la población.
Es la misma ruta que Miguel Hidalgo recorrió con su ejército cuando se dirigía a Saltillo.
Los viajeros pueden visitar el Centro Cultural “Roberto Donis” en Venado, que lo acoge una fábrica textil de finales del siglo XIX, la cual se caracterizaba por utilizar la fuerza hidráulica para generar energía.
Ese centro posee una importante colección de piezas aborígenes australianas, arte popular y obra del mismo Donis.
El recorrido continúa hacia la zona minera de Charcas, ahí se pueden degustar las famosas gorditas ferrocarrileras.
En la región magueyera, a las faldas de la sierra, se encuentran las imponentes fábricas de mezcal de Laguna Seca y Santa Isabel, son del siglo XVIII y XIX, respectivamente. Ambas poseen estructuras en mampostería, bóvedas de medio punto y grandes hornos de cocción.
Se puede visitar la fábrica de mezcal de Zaragoza de Solís, surgida en los primeros años del siglo XXI por iniciativa de una cooperativa rural. Sus procesos ya aplican tecnología de punta para la producción del mezcal.
De San Luis rumbo a Zacatecas
En el occidente del estado, hasta el municipio de Salinas, se encuentra las instalaciones industriales más inusuales del altiplano: las fábricas de producción de sal.
A lo largo del gran lago salado, se encuentran las fábricas, proveían de sal a las haciendas de beneficio de plata y oro de Fresnillo.
En esa ruta se pueden visitar las fábricas de mezcal de Santa Teresa e Ipiña, ambas en el municipio de Ahualulco, que pertenecían a la misma hacienda pero sus características eran diferentes: mientras que Santa Teresa prosperó por la actividad agrícola, Ipiña lo hizo porque se benefició del tendido de las vías férreas y la construcción de una estación que sirvió como puerto de embarque del mezcal.
El recorrido continúa hacia las fábricas de mezcal de Saldaña y La Pendencia, en el municipio de Pinos, Zacatecas. La Pendencia destaca por su trabajo ininterrumpido desde hace 200 años y tiene una relación directa con la historia minera de Pinos.