La grandeza de un país con las cualidades de México se ha ido edificando de a poco, por décadas llenas de embates y desafíos, mediante esfuerzos monumentales y una creatividad e ingenios a la altura; talentos que buscan los caminos más adecuados para expresar la grandeza del espíritu local, así como su férreo sentido evolutivo e innovador.
Así, y viendo caminar a los mexicanos a paso firme por las calles y avenidas de una ciudad que está mutando cada segundo, se encuentran algunas construcciones y monumentos que son el vivo reflejo de esa historia de la que estamos hablando. Estas edificaciones representan la grandeza del espíritu humano del mexicano, su sensibilidad y progreso comprobado desde diversas aristas: grandes novelas, inventos científicos y desarrollos tecnológicos, así como obras mayores que albergan el dinamismo del talento mexicano, en pos de un mejor futuro.
Pensando en la trascendencia, grandeza y progreso de esta ciudad, Johnnie Walker ha logrado entablar un vínculo extraordinario. Prueba de ello es el lanzamiento de su más reciente botella, Johnnie Walker Blue: Mexico City Edition, diseñada de forma increíble por el artista plástico Pedro Friedeberg, en una edición limitada de 1,800 botellas.
Esta breve lista de monumentos cuenta la evolución de México, así como la estrecha relación que guarda con las grandes mentes y talentos, protagonistas del progreso en nuestro país.
El Ángel de la Independencia
En pleno Paseo de la Reforma, el 2 de enero de 1902 se colocó la primera piedra de lo que sería un símbolo de 95 metros para la celebración del centenario de la Independencia de México.
Esta edificación ha sobrevivido al hundimiento de la ciudad y al temblor de 1957 que mantuvo a la figura principal de bronce y su cobertura de chapa de oro de 24 quilates en reparación por prácticamente un año.
Más allá de su imponente belleza, sentido edificante y nacionalista, el Ángel de la Independencia ha sido un ejemplo sólido de la resistencia y el espíritu férreo del mexicano.
Monumento a la Revolución
Testigo claro de las constantes luchas sociales que han dado pie a cambios trascendentes en nuestro país, el Monumento a la Revolución aún conserva su estructura original y es uno de los pocos monumentos del mundo que pueden ser explorados en su totalidad.
Durante los tiempos de la Revolución, la construcción fue saqueada y el hierro fue utilizado en armas de fuego para las batallas. No fue sino hasta 1922 que se rescató la estructura como centro de exposiciones, sin demasiado éxito. Ya para 1933 se presentó el proyecto para convertirla en el Monumento a la Revolución, culminando su construcción hasta 1938.
Palacio de Bellas Artes
El hogar de la sublimación del espíritu humano, y referente ineludible de la sensibilidad, creatividad y talento artístico mexicano.
El Palacio de Bellas Artes es la casa que alberga las expresiones artísticas más reconocidas (el mismo Pedro Friedeberg ha sido homenajeado en su interior), sensibles y rebosantes de una creatividad que parece no conocer los límites ni el final.
Las Torres de Satélite
Para mediados de la década de los 50, México comenzó una etapa de modernización notable, a través de proyectos urbanísticos de grandes dimensiones, generando un nuevo modelo de vida.
Este sentido fue representado en la obra de 30 a 42 metros de altura comandada por el arquitecto Luis Barragán, el artista Mathias Goeritz y el pintor Chucho Reyes, ubicada en el fraccionamiento residencial de Ciudad Satélite, que en su momento fuera una de las promesas habitacionales más prometedoras del Estado de México. Hoy las Torres de Satélite representan el símbolo icónico de la moderna Ciudad Satélite de aquella época.
Esta celebración visual de Johnnie Walker Blue: Mexico City Edition retrata la grandeza del espíritu local y el progreso de una ciudad vibrante. Un homenaje que captura con fidelidad la esencia de nuestros días.