En el Gobierno de Enrique Peña Nieto la deuda externa alcanzó un nuevo récord.
Datos de la Secretaría de Hacienda señalan que el saldo de la deuda externa bruta al cierre de 2012 fue equivalente a 10.3 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que al cierre de 2017 ésta se ubicó en 17.6 puntos.
La deuda se presenta como porcentaje del PIB para dimensionar su relación con el tamaño de la economía y facilitar su comparación.
El saldo de esta deuda en dólares asciende a 193 mil 981 millones al cierre de 2017.
Pese a que en el año pasado se logró una reducción del empréstito, con esfuerzos de reestructuras, refinanciamientos y recortes al presupuesto, el avance se ha acelerado.
Al cierre de 2012, la deuda externa de México fue equivalente al 46% de los ingresos totales públicos, que incluyen, entre otros conceptos, los ingresos petroleros y toda la recaudación de impuestos.
Para el cierre de 2017, esta deuda representó 78% de los ingresos.
De acuerdo con Héctor Villarreal Páez, director general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), el incremento ha sido afectado por la depreciación cambiaria pero también debido a que hubo mayor contratación de pasivos de todo tipo.
Las ahora empresas productivas del Estado, Pemex y CFE, han contribuido en gran medida al endeudamiento durante los primeros cinco años del sexenio.
La deuda externa de estas empresas se duplicó y pasó de 4.1 puntos del PIB, en 2012, a 8.3 en 2017.