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Violencia sexual en SLP va en aumento

Lilia Quevedo | Plano Informativo | 04/03/2018 | 15:29

San Luis Potosí, SLP.- La violencia sexual en San Luis Potosí, es un mal creciente. Los reportes oficiales,  reflejan que la incidencia en este tipo de delitos, va en aumento.  
 
Han trascurrido apenas dos meses del 2018 y la Procuraduría General de Justicia en el Estado (PGJE),  ya contabiliza setenta y un quebrantamientos contra la libertad y la seguridad sexual.
 
Enero y febrero reunió treinta y tres violaciones, 30 simples y 3 equiparadas. Veintiséis casos de abuso sexual y 10 de acoso sexual. Dos casos están en una categoría indefinida.
 
Durante el 2017, se registró un total de 1,052 delitos sexuales.  En ese año destacaron las violaciones, 419 simples y 35 equiparadas. En la categoría de abuso sexual, fueron 368, en acoso sexual fueron 135 y en hostigamiento sexual veinte denuncias. En la categoría indefinida o denominada como “otros”, fueron 75 los casos.
 
Para el 2016, se contabilizaron 751 delitos sexuales, de los que se derivaron: 335 violaciones, 292 simples y 43 equiparadas. Asimismo, hubo 279 casos de abuso sexual, 62 de acoso sexual, 28 de hostigamiento sexual y cuarenta y siete en la categoría de “otros”.  
 
El Código Penal del Estado de San Luis Potosí, tipifica las agresiones sexuales de la siguiente manera: Abuso sexual, acoso sexual, hostigamiento sexual, violación simple, violación equiparada, “otros” e incesto. En este último no se han presentado denuncias.  
 
El conjunto de normas jurídicas punitivas estatales, explica que la violación es cuando alguien “por medio de la violencia física o moral realice cópula (penetración) con una persona de cualquier sexo”. Esto se sanciona con ocho años a dieciséis años de privación de la libertad y con multa de 800 a 1, 600 UMAS (Unidades de Medida y Actualización).
 
Si el delito se comete entre cónyuges, se va a perseguir por querella, esto quiere decir que el cónyuge tiene que presentarse y decir: “me querello en contra de mi cónyuge”, de otra manera, se persigue de oficio.
 
El documento legal, también establece que la violación equiparada, es cuando “vía vaginal o anal, se introduce cualquier elemento o instrumento para la violación”. En esos casos, las penas podrían aumentar de uno a cuatro años de prisión, dependiendo de la relación de poder entre el afectado y el agresor.   
 
El abuso sexual es cuando “sin el consentimiento de una persona, ejecuta en ella o la hace ejecutar un acto erótico sexual sin el propósito directo de llegar a la cópula”, se sanciona con dos a cinco años en prisión y con doscientos a quinientas UMAS. Estas unidades las establece el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y los jueces las aplican.
 
En todos los casos anteriores, se aumenta la pena si la agresión se comete contra un menor de dieciocho años o alguna persona que no tenga la capacidad de comprender el hecho. Las sanciones y condenas también aumentan  si se trata de alguien que desempeña algún cargo público (esto se considera como agravante), igual si se trata de algún líder de culto religioso, instructor (docente), mentor o por una persona que tenga a un menor bajo su custodia, educación o aproveche la confianza que se le tenga.
 
La titular de la Subprocuraduría Especializada en Delitos Sexuales, Contra la Familia y Grupos Vulnerables, Magdalena Beatriz González Vega, reveló que las agresiones sexuales, no son exclusivas de una zona específica del estado.
 
La violencia sexual no discrimina.  No se enfoca en el género, edad, nivel socioeconómico u ocupación. Las denuncias por agresiones sexuales, no comparten alguna característica en especial, se registran tanto en comunidades rurales como en las zonas opulentas de San Luis Potosí.
 
Sin embargo, la subprocuradora explicó que son muy frecuentes las agresiones sexuales dentro de las segundas uniones matrimoniales. El padrastro o la madrastra abusan de los hijos de su pareja. En estos casos, la pareja pierde la custodia del menor.
 
González Vega señaló que a partir de la década de los noventas, comenzaron a denunciar las mujeres de una clase socioeconómica alta, esto luego de que se difundieran campañas contra el abuso doméstico y sexual. Antes no denunciaban por el temor “al qué dirán”, pero eso no significaba que la agresión no ocurriera a puerta cerrada, reiteró la funcionaria. 
 
Aunque también se han presentado denuncias de abusos sexuales hacia hombres, las mujeres, niñas y adolescentes, siguen siendo las principales víctimas.