Los Saboya debieron exiliarse y hasta inicios del siglo XXI los herederos varones de esa dinastía tuvieron prohibido entrar al país.
Los restos del rey Víctor Manuel III de Saboya, quien abrió las puertas al fascismo y huyó tras el armisticio firmado en 1943 por Italia con los aliados, regresaron la víspera al país europeo en medio de protestas.
El féretro del monarca llegó anoche al Santuario de Vicoforte, en la norteña región de Piemonte, a donde dos días antes habían arribado en gran secreto los despojos de su mujer, la reina Elena. Víctor Manuel III de Saboya estaba enterrado en Alejandría, Egipto, y la reina en Montpellier, Francia.
Acusado de complicidad con el fascismo y de abandonar a Italia a su suerte tras la firma del armisticio en septiembre de 1943, el rey abdicó en mayo de 1946 a favor de su hijo Umberto II, quien solamente reinó un mes, pues en junio de ese mismo año los italianos votaron por la abolición de la monarquía.
Los Saboya debieron exiliarse y hasta inicios del siglo XXI los herederos varones de esa dinastía tuvieron prohibido entrar al país.
Víctor Manuel III murió en 1947 en Egipto y su esposa en 1952 en Francia y sus restos pudieron retornar a Italia en un acto de “compasión humana”, declaró este día el presidente del Senado, Pietro Grasso.
En una nota excluyó, sin embargo, que los restos vayan a ser sepultados en el Panteón de Roma, el monumento de época antigua en el que reposan los héroes de la patria.
Subrayó que las responsabilidades de Víctor Manuel III al haber abierto la puerta del poder al dictador fascista Benito Mussolini, así como la “vergonzosa” firma de las llamadas leyes raciales, por la cuales miles de judíos fueron enviados a los campos de exterminio, “no permiten ningún revisionismo”.
“El retorno de sus restos a Italia, habiéndose excluido la posibilidad de que sea sepultado en el Panteón, es un acto de mera compasión humana sin ningún honor público, manejado con prudencia y sobriedad”, refirió Grasso.
Pero la presidenta de la Unión de Comunidades Hebreas Italianas, Noemi De Segni, expresó su “profunda inquietud”por el retorno de los restos del monarca.
“En una época marcada por el progresivo olvido de la memoria y de los valores fundamentales, el retorno de los restos del rey Víctor Manuel III no puede sino generar profunda inquietud”, anotó.
Resaltó que en 2018 se cumplirán 80 años de la firma de leyes racistas y subrayó que “Víctor Manuel III fue cómplice del régimen fascista, cuyo ascenso no obstaculizó”.
Por su parte, el parlamentario Giulio Marcon pidió explicar las razones por las cuales fue usado un avión de la Aeronáutica Militar para trasladar los restos “de quien no se opuso a la dictadura fascista, firmó las vergonzosas leyes raciales contra los hebreos, llevó al país al desastre de la guerra al lado de los nazis y abandonó cobardemente a sus soldados”.
En el mismo sentido se manifestó el ex primer ministro, Massimo D’Alema, quien pidió al gobierno dar explicaciones en el Parlamento.
Según los medios, la operación diplomática que permitió el retorno de los féretros de los reyes fue iniciativa de su nieta, María Gabriela de Saboya, hija de Umberto II.
Pero aparentemente el hermano de María Gabriela, Víctor Manuel IV de Saboya y supuesto heredero al trono, se enteró por los medios.
Acusado de haber asesinado al estudiante alemán Dirk Gerd Hamer en 1978, al disparar con una carabina tras un incidente en su yate, Víctor Manuel IV pudo retornar a Italia en 2002, tras la abolición de la normativa constitucional que prohibía la entrada al país a los varones de la dinastía Saboya.
En los 70 fue acusado de tráfico de armas, en 2006 fue arrestado en la sureña ciudad de Potenza acusado de corrupción y explotación de la prostitución y tras admitir parcialmente las imputaciones fue puesto bajo arresto domiciliario durante algunos meses.