Christian García | Plano Informativo | 28/11/2017 | 01:07
San Luis Potosí, SLP.- Entre la contaminación y el olvido viven al menos 200 familias dedicadas a la producción de ladrillo en “Las Terceras”. Aunque saben del daño ambiental que generan, en sus palabras se escucha el sonido de la resignación; se sienten atrapados con sentimiento de culpa, pero a la vez, aseguran, que de los ladrillos obtienen el sustento para su hogar.
Los hornos de ladrillos están encapsulados dentro de la mancha urbana; por más de 15 años les han prometido apoyos y reubicarlos en un parque ladrillero ecológico, situación que mantiene en la incertidumbre a los productores. Mientras unos aseguran que se encarecía la cadena de producción, otros estarían dispuestos a dejar sus hornos.
Un nuevo parque ladrillero en la Comunidad de Peñasco ha sido la promesa de las autoridades, pero hasta el momento, los fabricantes no encuentran condiciones para mudarse a ese lugar.
Sobrevivientes de lo que les da de comer
Javier Uribe es trabajador de una ladrillera en la colonia Las Terceras, dice que la única forma de trabajar es descalzo, prefiere trabajar en “el batidero” donde se amansa la tierra, en lugar de soportar los más de siete mil grados centígrados de los hornos. Javier es consciente de la contaminación y sobre todo, del estigma de las ladrillas.
“Empezamos con la voluntad de Dios, tenemos gastos que cubrir, esto nos da el sustento para la familia, el gobierno no nos da ningún apoyo, trabajamos en las ladrilleras porque ninguna fabrica nos pagan lo que ganamos aquí, estamos obligados a mantener a nuestros hijos”, dijo.
Guadalupe es vecina de la colonia, así como los trabajadores, Guadalupe señala que han sido abordados por ecologistas quienes también los han tratado de reubicar.
“No han cumplido y ya ve que los ecologistas vienen a veces muy bravos, pero no apoyan, trabajan con los recursos que haya, y aquí la fuente de trabajo es esa ¿De qué sobrevive uno? Más que de las ladrilleras”, cuestionó.
Por otra parte, Juan regresó a las ladrilleras luego de su jubilación, asegura que por muchos años las promesas van y vienen, los hechos nunca han llegado. Mientras tanto, las caseras fábricas de ladrillo se mantienen como un factor activo de contaminación.
“Los apoyos que nos habían prometido y a la fecha no han regresado jamás, los hemos estado esperando para ver si hay alguna solución, pero no han regresado para acá con nosotros”.
Además de llantas, aceites, plástico, todo tipo de basura y en el mejor de los casos leña y aserrín, se utiliza para la quema del ladrillo; la contaminación que se desprende es una de las situaciones más graves en materia ambiental, pero también sale a relucir un problema de salud pública.
“Este humo es amoniaco, son químicos, por todo lo que se disuelve, van a pasar 10 años y vendrán enfermedades para todo mundo, explicó Javier, quien acepta la reubicación al nuevo parque ladrillero, que tendrá capacidad de 70 hornos.
“Ya tienen rato, el cambio es positivo, tengo familiares y el humo les afecta, pero el gobierno no quiere apoyar, ya los tiene así por años, todo están en lo mismo, esperando el movimiento, que sería bueno para todos”.
Guadalupe coincide en que los ladrilleros han hecho esfuerzos por migrar de combustibles como llantas y aceites a maderas, no obstante, la situación se complica y “echan a la lumbre lo que haya” y agrega: “Nos iban a apoyar con material que no sea tóxico, pero de todos modos siempre uno tiene que quemar lo que hay, prometieron que los iban a reubicar y después a proporcionar el material que no fuera tóxico, pero ni una cosa ni otra”, admite.
El problema de ninguna autoridad
Desde la Comisión de Ecología del Congreso del Estado aseguran que las iniciativas y las leyes no son ejercidas por las autoridades encargadas de la materia.
“Este tema de las ladrilleras que ya las absorbió la mancha urbana, desde el principio de la legislatura hemos hecho señalamientos y hemos cuestionado a la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental (Segam) qué se está haciendo, explicó el diputado Jesús Cardona Mireles, quien agregó que a la Secretaría le ha faltado efectividad en la reubicación de los ladrilleros, “nos dicen que hay una gran abstinencia de las personas que tienen las ladrilleras para cambiarse”.
“Yo creo que aquí es importante que se haga un análisis serio, principalmente en la zona norte y de la Secretaría de Salud, porque existe problema de anemia que es causada principalmente por ese tipo de ladrilleras que utilizan llantas para la quema”, advierte.
Mientras la contaminación continúa, el congresista señala que es importante crear una estadística en la zona, revisar si existe incidencia de ese tipo de enfermedades, “y ahora que ya es un problema de salud, tenemos que ver la necesidad de cambiar estas ladrilleras a las que se tiene pensado”.
Ladrilleras, asunto municipal: Segam
La Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental se deslindó de la contaminación afirmando que el permiso que la dependencia otorga está sujeto al uso de suelo que expidan los ayuntamientos.
El pasado tres de julio del 2017, vecinos de la Colonia Cerrada de los Ángeles, hartos de la contaminación y problemas que generan las ladrilleras, entregaron a la Segam un oficio en el que solicitaban la inspección y reubicación de una ladrillera que trabaja de manera intermitente. La respuesta de Segam vino cinco meses después solo para aseverar que el problema no es competencia del ente estatal.
El oficio ECO.06/3232/2017 firmado por la titular, Yvette Salazar Torres, señala que el terreno en donde se construiría un parque ladrillero al no contar con certeza jurídica, no se hizo la inversión requerida ni se tramitaron en el año del 2006 los permisos necesarios para la construcción y funcionamiento del parque.
Al cuestionarle el problema, Salazar Torres, afirmó que desgraciadamente los fraccionamientos que están alrededor de las ladrilleras, tienen más de 30 años funcionando, no cuentan con una manifestación de impacto ambiental ni una opinión por parte de las autoridades ambientales, dijo que el municipio no tiene una buena planeación urbana, sobre todo para no generar "círculos de contención" para evitar que la población que sea vecina de estos sitios no se vean afectados.
Industria alimenta las ladrilleras
Depositar de manera legal los residuos industriales cuesta hasta 30 mil pesos al no existir confinamientos estatales, gran parte de los residuos, terminan en las ladrilleras. Los combustibles, aceites, metales, llantas, plásticos y otros desechos son utilizados por los productores de ladrillo. Como buenos ahorradores, también utilizan formas poco ecológicas para trabajar. Quemar residuos industriales es más barato que radicar en un parque ladrillero.
Problema de todos
El médico internista Gregorio Navarro señaló que no sólo las personas que se encuentran alrededor de las ladrilleras, sino todos los habitantes de la zona metropolitana, ven afectado su sistema respiratorio, además de verse afectados por enfermedades de piel y varios tipos de cáncer como consecuencia del monóxido de carbono y bióxido de azufre que arrojan los hornos, que producen daños a las fosas nasales, a la mucosa, a los ojos, y de forma oral, explicó.
En niños puede ocasionar secreción nasal grave y constipación frecuente. Gregorio Navarro detalló que cuando estas sustancias o el humo se inhala, puede ocasionar que los bronquios se cierren, y llevar a la bronquitis crónica, esto pasa con las personas mayores y agrava los problemas cardiacos.
Aunado, al realizar la quema, se liberan sustancias cancerígenas, que tienen compuestos bencénicos (productores del cáncer de vejiga) y en grandes cantidades provocan trastornos en el sistema inmunológico y leucemia en los niños, explicó.
Detalló que ha aumentado las enfermedades respiratorias y el cáncer en la zona norte de la capital potosina y municipios conurbados. "La estadística ha visto una mayor incidencia de enfermedades de tipo alérgico, además de leucemias o cuestiones medulares, y algunos tipos de cáncer".
Entre la contaminación y el olvido, los ladrilleros así viven, descalzos y con las manos partidas se ganan la vida “echando humo”, pero aseguran, no tienen las condiciones por sí mismos de remediar este problema, que al día de hoy, afecta a la zona metropolitana de San Luis Potosí y a todos sus habitantes.