Se trata de un proyecto que desarrollan los investigadores del Centro de Desarrollo de Productos Bióticos (CEPROBI), Rosalía América González Soto y Luis Arturo Bello Pérez, quienes aseguraron que la aportación desarrollada en el IPN puede tener aplicación industrial, toda vez que las nanopartículas obtenidas del plátano poseen mejores propiedades mecánicas y de barrera que los polímeros naturales empleados en la elaboración de empaques biodegradables.
Actualmente la principal limitante para desarrollar a gran escala empaques biodegradables, conocidos como "bioplásticos", es que los polímeros biodegradables no presentan buenas propiedades mecánicas ni de barrera (al agua y a los gases) por su naturaleza hidrofílica.
Destacó que la nanotecnología desarrollada en el Politécnico permitirá elaborar materiales de alta calidad que sean amigables con el medio ambiente.
La científica politécnica explicó que en los frutos en estado verde o inmaduro los nutrientes se depositan en forma de almidón y durante el proceso de maduración se transforman en azúcares.
"Algunos frutos en estado verde (como el plátano) llegan a contener hasta 70% de almidón (base seca), por lo que diversos autores han señalado a diferentes especies de plátano como una materia prima potencial para la obtención de almidón a nivel industrial", señaló la investigadora.
Refirió que el plátano macho pertenece a la especie Musa paradisiaca y es uno de los frutos más comerciales en México.
Detalló que la parte comestible de este fruto contiene en promedio 75% de agua, 21% de carbohidratos y uno por ciento de grasas, proteínas, fibra y cenizas.
"La materia seca del plátano es un recurso abundante en el campo mexicano, que se produce principalmente en el sureste del país, pero por su carácter perecedero se pierde entre 30 y 40% de la producción anual, por lo que constituye una fuente promisoria para la obtención de nanopartículas, toda vez que son recursos económicos y abundantes en la naturaleza", planteó la científica.