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¿El hielo tiene bacterias?

Se han realizado diferentes investigaciones para determinar si los cubos de hielo, tan populares en verano, son buenos para la salud.

Cuando llega el verano queremos refrescarnos y quitarnos el calor de cualquier manera. Una de ellas es consumir un refresco helado.

Si en la nevera o el congelador ya no hay más, entonces optamos por ponerle hielo y asunto solucionado.

¿Sabías que no es una buena idea? En este artículo te contamos las razones por las cuales deberías evitar los cubos de hielo en tus vasos.

Hielo sucio, bebida contaminada
Se han realizado diferentes investigaciones para determinar si los cubos de hielo, tan populares en verano, son buenos para la salud.

El resultado ha sido escalofriante: en la mayoría de los establecimientos de comidas rápidas y cafeterías “de moda” el agua que se usaba para hacer hielo estaba repleta de bacterias (en dosis similares a las halladas en los baños de los mismos locales).

¿Estamos comparando el aseo con la bebida de una cadena de restaurantes? Sí. Y lo peor de todo es que los sanitarios se limpian con más asiduidad que las máquinas que producen hielo.

Los jefes de estas multinacionales han sugerido que el posible descubrimiento de las bacterias se deba a un factor humano.

Es decir, quienes manipulan las máquinas y los cubos de hielo son los mismos empleados… que también limpian el baño, están en contacto con el dinero, limpian el piso… pero no se lavan las manos.

Aunque los análisis en laboratorio no dieron muestras de contaminación grave en las bebidas de estos establecimientos, lo cierto es que los niveles de bacterias fueron más elevados que lo considerado “normal”.

Es bueno tener en cuenta que el problema no es el agua con que se fabrican los hielos (que en todos los casos es potable) sino la proliferación de bacterias en la máquina que las produce o las manos de quien sirve las bebidas.

Bacterias
Quizás, para una persona sana, que estas bacterias ingresen en el organismo a través de los refrescos no sea un problema, pero sí para ciertos grupos tales como niños, ancianos e individuos con sistema inmunitario débil.

Otra cuestión que se debe tener en cuenta son los viajes a países o ciudades donde el agua no es potable.

Destinos exóticos de África, Asia y América no cuentan con el servicio de sanidad como corresponde y es probable que el agua sea extraída de ríos, lagunas, arroyos o embalses contaminados.

En este caso en particular recomendamos no consumir cubos de hielo (sin excepción). Es preferible que la bebida esté caliente a que tengamos que pasarnos varios días encerrados en el hotel con diarrea, vómitos y cólicos (en el mejor de los casos).


¿Y si el hielo lo preparo yo?
Contamos con un estudio científico sobre lo que sucede en los restaurantes y cafeterías. Pero bien podríamos decir que nosotros no comemos en esos sitios y que el hielo que ponemos en el vaso proviene de nuestro propio congelador.

¿Cuál sería el problema en este caso?
Casi el mismo que en un establecimiento de comidas. Cuando colocaste el agua en las cubeteras: ¿te habías lavado las manos? ¿y cuándo echaste los cubos en el vaso? Ahora entenderás por qué decimos que la situación es bastante similar.

Y eso no es todo, ya que si no has limpiado el dispensador de hielo del refrigerador o las cubiteras, es probable que haya crecido moho el cual luego pasará al cubo, de allí a la bebida y, por último, a tu organismo.

Es importante que antes de echar el agua en el recipiente verifiques que esté limpio al igual que tus manos. Cuando los cubos estén hechos ,y antes de servirlos, lávate las manos para evitar transferir cualquier germen o bacteria.

Hielo
Si cumples con todos los requisitos sanitarios al preparar y colocar los cubos de hielo existen menos posibilidades de introducir microorganismos perjudiciales para tu salud.

No obstante, aún hay algo más que vale la pena tener en cuenta a la hora de repensar el consumo de las bebidas demasiado frías: la irritación que provoca en la garganta y cuerdas vocales.

Si al llegar a casa con mucho calor lo primero que haces es beber un refresco, un jugo o un vaso de agua bien fría (con cubos de hielo o de la nevera) puedes luego sufrir dolor de garganta o incluso disfonía.

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