Para la comunidad LGBT es vital que existan destinos en los que pueda ser respetada su forma de vivir.
Viajar es una experiencia enriquecedora. Conocer nuevos lugares, empaparse de cultura y costumbres son algunas de las virtudes que ofrece el turismo. Para la comunidad LGBT es vital que existan destinos en los que pueda ser respetada su forma de vivir.
Algunas locaciones del mundo han resultado inclusivos para la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transgénero, Transexual, Travesti e Intersexual, otros tantos se han esforzado por hacerlos pasar las mejores vacaciones de su vida. Para fortuna de la comunidad LGBT mexicana.
Y aunque otros destinos mexicanos no son catalogados en el mundo como gay friendly merecen una visita, pues se han esforzado por no discriminar.
Aquí algunas opciones
1. Puerto Vallarta y la Riviera Nayarit
Aunque el matrimonio igualitario aún no es legal en este destino de playa, es uno de los sitios con oferta enfocada a la comunidad LGBT. Los paisajes del pacífico son escenarios paradisíacos que cualquier persona quisiera disfrutar.
Al sur de Puerto Vallarta se encuentra la reserva natural Paco’s Paradise, preferida por la comunidad LGBT. Esta belleza natural tiene un acceso único por mar.
2. Ciudad de México
La capital del país, declarada gay friendly en noviembre de 2013, es uno de los sitios con mayor oferta para el turismo LGBT; a pesar de que en tiempos recientes se ha convertido en la más violenta en agresiones a personas del colectivo.
No hay mejor lugar para la diversión que en la Zona Rosa, un barrio en el centro de la ciudad y colindante a la avenida principal, Paseo de la Reforma. En sus calles se encuentra todo tipo de local para disfrutar del entretenimiento. Por las mañanas es sitio de oficinistas, pero por las noches brillan las luces de los clubes. Amberes, Génova, Hamburgo, Florencia y Londres son las calles con más ambiente en la zona.
Otras opciones son los paseos por las colonias de Condesa, Roma, Polanco, Juárez y Nápoles. La libre expresión del amor -sin discriminación de género es la mayor señal de estar en territorio amigable con la comunidad LGBT.
¿Boda en vacaciones? En la CDMX es posible, pues el registro civil suaviza los trámites para los enamorados foráneos.
3. El Caribe mexicano
Las playas al sur de México se tornan color turquesas, la arena se vuelve blanca, las ruinas prehispánicas se mantienen orgullosas de pie y el ambiente nocturno llama al turista en general. Pero la comunidad LGBT encuentra en Cancún y la Riviera Maya uno de sus sitios favoritos de descanso y exploración.
En Cancún pueden disfrutar de playa Delfines, uno de los destinos gay más populares en el mundo. Pero no es el único sitio en la zona, también destacan Las Perlas y el Parque de las Palapas.
La vida nocturna no para en el Caribe, los bares y antros son sitio de diversión y ligue, una experiencia para vivir entre la diversidad de nacionales que disfruta del lugar.
4. Guadalajara
La capital de Jalisco es conocida por algo más que dar buen tequila. Guadalajara ofrece una amplia gama de sitios para la comunidad gay. Como la segunda ciudad más relevante del país, cuenta con un estilo de vida cosmopolita, intenso y lleno de vida nocturna.
Los locales gay friendly los encontrarás en el centro y en la avenida Chapultepec. La capital jalisciense también tiene su desfile anual del Orgullo Gay.
Guadalajara alberga también numerosas atracciones, hoteles, bares y centros culturales para el goce del turista.
5. Oaxaca
El pacífico oaxaqueño es otra de las joyas turísticas en México. Para el disfrute de la comunidad LGBT, las playas escondidas y los destinos ecológicos han resultado el escape romántico y de descanso. La comida típica y el mezcal son la joya de este estado.
Sus destinos imperdibles son Zipolite y Huatulco, donde la piel absorbe el color dorado del sol; sobre todo en el primer sitio, que es destino nudista por excelencia. El ambiente calmado y bohemio invitan al respeto por la naturaleza y la vida en general.
El turismo gay crece más del doble que el turismo general, en reportes de Sectur, en 2016, se indicaba un ascenso anual del 10.3 por ciento, frente a crecimiento de 3.8 por ciento del turismo tradicional.