Es un problema que muchas personas padecen y que les puede hasta causar una sensación de pánico incontrolable
Hay gente que con solo subirse a un ascensor panorámico o asomarse a una ventana desde un piso alto de un edificio empiezan a temblar, a sudar, a sentir taquicardia y hasta náuseas y mareos.
Es un problema que muchas personas padecen y que les puede hasta causar una sensación de pánico incontrolable. Se conoce como acrofobia y es el miedo extremo a las alturas.
Los doctores Silma Quiñones y Jorge Berrios, psicólogos de la Facultad del Programa de Consejería del Departamento de Psicología de la Escuela de Ciencias Sociales y Comunicaciones de la Universidad del Turabo (UT), explican que la acrofobia es uno de los cientos de tipos de fobias que hay.
“Cuando la persona se acerca o se expone a lo que le produce la reacción fóbica, siente un miedo intenso. Esta reacciona huyendo o atacando. La mayoría de la gente sale corriendo ante lo que le tiene miedo, lo que hace que no pueda funcionar”, recalca Quiñones.
“Esto se convierte en un problema serio. Si tienes miedo a las alturas y tienes que ir a un décimo piso porque te ofrecieron un trabajo ahí, nada más llegar, empiezas a hiperventilar. No puedes controlar tu fobia. Ese miedo puede reducir, drásticamente, las actividades cotidianas de una persona, sobre todo cuando la fobia es muy pronunciada”, destaca Berrios.
“Lo que ocurre a nivel cerebral, es que el sujeto aprendió a tenerle miedo a algo o un evento que lo paraliza. Afortunadamente, las fobias son los trastornos psicológicos que mejor responden a la terapia”, agrega Berrios.
Según Quiñones, el tratamiento tradicional para las fobias es que se le enseñe a la persona a relajarse y a controlar los síntomas. El próximo paso, es exponerlo poco a poco a lo que es su fobia. Y ante ésta, que aprenda a relajarse de tal forma que tolere esa exposición.
Este modelo terapéutico, que es el más utilizado, se llama “Exposición en vivo”. “Enfrentar a la persona a su fobia puede ser un poco difícil para el psicólogo, porque debe tener todos los elementos que causan esa fobia en la oficina, en vivo. En el caso de la acrofobia, hay que llevar al paciente a un edificio, a un piso alto. Esto toma tiempo”, advierte Berrios.
Y si los pacientes tienen zoofobia, que es la fobia a algunos animales, como puede ser a una cucaracha, ratón o lagartijo, el psicólogo tendría que tener el animal que causa la fobia, en su oficina.
Realidad virtual
En la misma universidad donde trabajan los psicólogos Quiñones y Berríos, y con la ayuda y asesoramiento de éstos, se ha desarrollado un proyecto de realidad virtual para aliviar las fobias y otras discapacidades funcionales.
Este megaproyecto, titulado “Realidad Virtual para el tratamiento de personas con discapacidad funcional”, busca implementar la tecnología como una herramienta terapéutica.
Para esto, han diseñado una aplicación ‘software’ que simula eventos particulares para enfrentar condiciones como la acrofobia, zoofobia y, también, para el déficit de atención.
“Está comprobado que un dibujo tridimensional causa el mismo efecto en el cerebro que si tuviera en vivo el objeto o animal. El cerebro se engaña. Así que puedes ver a una cucaracha o a un ratón virtual y tu cerebro va a reaccionar como si fuera real”, sostiene Quiñones.
“Este proyecto nos permite entrar en el modelo de ‘Exposición en vivo’, utilizando la realidad virtual. Hace el mismo efecto terapéutico, donde se le enseña al sujeto a manejar la situación. Esto va a ayudar mucho en las terapias pues tienes a la mano acceso a una araña, a un ratón, a un perro o las alturas, a través de un equipo y unas gafas que tienes en tu oficina y que es igual de efectivo”, asegura Berrios.
El profesor Alcides Alvear, de la Escuela de Ingeniería de la UT, junto a cinco estudiantes de bachillerato del Programa de Ingeniería de Computadoras, son los que están trabajado este proyecto de Realidad Virtual. El mismo busca utilizar este instrumento para mejorar la calidad de vida en personas que presentan discapacidades funcionales.
Las fobias más comunes
Aerofobia: miedo a viajar en avión
Agorafobia: temor a los espacios abiertos
Claustrofobia: terror a los espacios cerrados
Glosofobia: miedo a hablar en público
Nictofobia: miedo a la oscuridad
Misofobia: fobia a los gérmenes
Hemofobia: miedo irracional a la sangre
Filofobia: fobia al compromiso, a enamorarse, al apego emocional
Colurofobia: miedo a los payasos
Pirofobia: miedo al fuego
Tanatofobia o necrofobia: miedo a la muerte
Brontofobia, astrafobia, ceraunofobia o tonitrofobia: pavor a los truenos, rayos y relámpagos
Zoofobia: miedo a los animales. Dentro de esta hay varias fobias.
Ofidiofobia: pánico al contemplar o simplemente imaginarse, una serpiente
Melisofobia: miedo a las avispas y a las abejas y a sus picaduras
Cinofobia: fobia a los perros
Ailurofobia: miedo a los gatos
Ornitofobia: miedo a las aves