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Huapango, expresión de nuestra huasteca

Plano Informativo | 17/05/2017 | 12:55

Sin duda la expresión musical más grande de nuestra tierra huasteca, llámese huasteca potosina, hidalguense o veracruzana; es el huapango. Manifestación folclórica peculiar e indiscutible de quienes hemos nacido en esta tierra y con sentido corazón lo vivimos y apreciamos.

El huapango tiene sus raíces en España y más allá, en la ocupación árabe de la que fue objeto este país, por más de 400 años, y que dejó no solo mezclas raciales, culinarias, religiosas y arquitectónicas, sino también expresiones musicales. Así el "Cante Hondo" flamenco español, reminiscencia árabe, nos llega a México durante la conquista del siglo XVI. Es traído por los conquistadores a las costas de nuestro territorio y de allí se propaga por toda la Nueva España. Más tarde encuentra en el fandango su adaptación natural y genuina. La aceptación que tuvo este baile entre los indígenas, principalmente obedece a que entre ellos la danza acompañaba las festividades como acto ritual, ejecutado para adorar y divertir a sus dioses. De allí el nombre toponímico de huapango: Huapalli, Pantli y Co, con sus respectivos significados de "tabla o duela de madera", "hilera" y "en", formando literalmente: "en la hilera de tablas" o simplemente "tablado", porque antiguamente se bailaba éste sobre una tarima de madera.

El carácter bullanguero y alegre de los habitantes de las huastecas, que debido a su ambiente natural y exuberante les hace ser extrovertidos, anidó el huapango en sus entrañas.

En cuanto a la letra de los huapangos éstos tienen antecedentes en una sola colección de piezas manuscritas, recopilados por algún músico a quien, con toda seguridad, servía únicamente de guión para sus ejecuciones, ya que no aparece la letra. Este documento está fechado en 1860. Para que el manuscrito llegara a la Huasteca tuvieron que haber transcurrido muchos años, lo que en ciertos casos echa por tierra la paternidad que de ellas se atribuye a algunos compositores de la Huasteca.

Los emigrantes contribuyeron sin duda alguna a ciertas adaptaciones, en cuanto a tonadas y ejecución de los instrumentos. En la zona del norte de Veracruz mucho tuvieron que ver los italianos que llegaron a vivir a Pánuco, precisamente en El Reventadero, donde las tarrantinas napolitanas se escuchaban entre la selva donde tenían sus casas. Estas tonadas también influyeron en el huapango de nuestros días.

El más antiguo huapango del que se tiene conocimiento es el Cielito Lindo, ya que el dato más lejano de éste data de fines del siglo XVIII; después le siguen El Gusto, El Zacamandú, La Presumida. En cuanto al Caimán, se nota su origen en las costas de Veracruz, al hacer alusión a ese reptil abundante en los ríos, esteros y desembocaduras de la región selvática. Asimismo La Petenera menciona la mítica sirena y el recorrido por los continentes, muestra del conocimiento que trasmitieron los emigrantes provenientes de diferentes partes del mundo. El huapango que podemos decir de más reciente creación, es La Leva, su nombre proviene de los movimientos bélicos acontecidos en nuestra tierra: “Soy soldado de levita de esos de caballería...”.

De las Huastecas han surgido dignos representantes de este género musical. El Negro Marcelino y sus Camperos, más tarde sólo Los Camperos de Valles; el trío Los Camalotes, Los Cantores del Pánuco, Nicandro Castillo, el Viejo Elpidio, Pedro Rosa, el Querreque; Eliodoro Copado y sus Camperos, Los Rogacianos, Los Hermanos Calderón, Los Cuates Castilla, Los Pescadores, El Trío Tamazunchale, y de ahí muchísimos de reciente creación y de gran calidad.

La trova de nuestros huapangueros es muy hermosa, ágil e ingeniosa. Surge espontánea y hábil al instante de la ejecución. Aunque a veces les he de contar que no todas son tan bien rimadas, ¡ah! pero eso sí, muy chistosas. Como aquella que un día, un trío de huapangueros que apenas empezaba su incursión en la “vida transitoria”, como dicen ellos, intentaron trovar para complacer al que les escribe, que había llegado al evento, y surgió lo siguiente:

"Al otro lado del río

Cantaba una puerca pinta,

Y en su canto decía:

Juanito échame un mango"

Con esa trova “ingeniosa y bien rimada”, les deseo lo mejor amigos de Plano Informativo. Saludos.