Al cumplirse este próximo 18 de mayo el 25 aniversario de la muerte del llamado por muchos con toda razón ex líder civilista el doctor Salvador Nava Martínez es ocasión propicia para reiterar lo que algunas veces hemos lamentado en este espacio en el sentido de que la sociedad potosina carece de alguien con la suficiente autoridad moral como para hablar en su nombre, o erigirse en su interlocutora ante el poder como siempre lo hizo el recordado oftalmólogo.
Actualmente, es cierto que hay muchas personas del medio empresarial con la solvencia moral necesaria como para opinar en torno a los errores del gobierno y lo que se requiere para corregirlos pero se les pide que lo hagan más que nada por el sector al que pertenecen o el organismo privado que presiden no porque en lo personal se hayan ganado un espacio en el ánimo popular como para que hablen en nombre de todos los potosinos.
Por otra parte no se desconoce el esfuerzo que hacen algunos personajes por arrogarse arbitrariamente el derecho de hacerlo como se nota en varios que a base de denostaciones y descalificaciones apriorísticas de personajes políticos buscan ser vistos como líderes sociales aunque, lamentablemente para ellos es de sobra conocido que generalmente pretenden lucrar con lo que hacen y normalmente persiguen o dinero, o privilegios productivos económicamente hablando y aunque no falten los medios ávidos de notas alarmistas que les hagan caso no se ve cómo puedan trascender realmente como interlocutores de los potosinos ante el poder. Incluso ya se ha visto el nulo poder de convocatoria que exhiben cuando llaman a la gente a participar en sus marchas o manifestaciones a lo que, cuando mucho, responden sus cómplices y algunos familiares. Lo que hasta llega a ver como expresiones patéticas los gritos desesperados de quienes ven en las candidaturas independientes una salida a ese encajonamiento natural por la falta de alternativas de peso
Así entonces, ahora que se acerca el 25 aniversario del fallecimiento del doctor Nava al que solo bastaba una breve declaración a los medios de comunicación convocando a los potosinos a manifestarse contra acciones específicas de abusos del poder para que la gente saliera en masa a seguirlo como lo hicieron en aquellas inolvidables multitudinarias marchas que encabezó en la década de los ochentas algunas que según estudios de expertos llegaron a reunir hasta ochenta mil personas como la realizada en protesta por el fraude electoral que le achacaron al también desaparecido Fausto Zapata lo que seguro que ni en sueños se imagina lograr el nieto Xavier Nava ansioso de capitalizar políticamente, el recuerdo de su abuelo.
Para colmo en el medio político igualmente es grave la anemia de líderes que calen en el ánimo del colectivo pues no hay, a la vista uno que sea visto y escuchado con el respeto y la credibilidad que requiere alguien que pueda preciarse de ser un líder social, lo que no se descarte que ello sea consecuencia del severo desprestigio que carga la política y los políticos pero no hay alguien del medio capaz de hablar en nombre de todos los potosinos como lo hizo en vida el doctor Nava cuyas aptitudes de liderazgo parecen estar en extinción, por lo menos en SLP, por lo que tememos que pasará muchísimo tiempo para que surja un nuevo y auténtico líder social como el que será recordado este 18 de mayocon un acto en la plaza de la democracia en el que, sin duda, estarán muchos que han lucrado estos años con el membrete de navistas al igual que los hambrientos de atención mediática aunque han sido más los primeros que los últimos, incluyendo los caricaturescos personajes que se autoproclaman como continuadores del navismo lo que hace más lamentable y cruda la realidad respecto de la grave crisis de ausencia de líderes sociales reales que padecemos los potosinos, lo que no le resta cierto interés morboso de ver a los que todavía se atreven a exprimir al navismo para sacarle las últimas gotas de nostalgia que puedan apoyar sus esfuerzos por escalar puestos políticos sin importarles que con eso, el oftalmólogo pueda estar revolcándose en su tumba al ver lo que pretenden hacer con su recuerdo y su apellido.
DEL TINTERO
Indiscutiblemente, la que pasó fue una semana para el olvido marcada por la tragedia del Campestre misma que, de nueva cuenta, vino a exhibir las flaquezas que padece la clase social alta de la capital potosina y que vino a mostrar como lo dice la ya choteada frase que “los ricos también lloran” aunque los más interesados en dejarla atrás serán el gobernador Juan Manuel Carreras López y el procurador Federico Garza Herrera a quienes por el solo hecho de conocer a las familias de los protagonistas se daba por descontado sin bases firmes, que tratarían de manipular la ley en aras de evitar que cayera con todo su peso contra el presunto culpable lo que ya se demostró que no es el caso, lo que no quita que por lo impactante de los acontecimientos, haya sido una semana para olvidar aunque, lo bueno es que ya pasó y todo está listo para que sea juzgado conforme a la ley por lo que tampoco ya hay razón para que el caso y su desenlace busquen compararlo con otros sucesos pasados que colocaron contra la pared a las autoridades por tratarse de personajes de miembros de familias de “curros” ante lo que Federico ya pintó su raya convincentemente como bien lo divulgó y lo expuso cuanto fue necesario su cercano Raúl Camacho Muñóz, lo que indica que otros asuntos relevantes tendrán la atención que reclaman.
